Ajuste. Movilidad por decreto: las claves del robo de Milei y Caputo a los jubilados

Con la jubilación mínima reducida a la mitad debido a la inflación (en febrero, comparada con el mismo mes del 2023 sin contar el bono), el Gobierno busca impedir cualquier tipo de recomposición limitando los aumentos solamente al índice de la inflación. Además la nueva fórmula de actualización no se aplicará a los bonos, dejando abierta la posibilidad de licuar aún más los ingresos de los jubilados.

Desde que asumió como presidente, Milei, viene utilizando los ingresos de los jubilados y jubiladas como el principal medio para llevar adelante su recorte del presupuesto nacional, pero ahora busca dejar asentado que serán los garantes de su plan de ajuste. Este lunes el gobierno publicó un nuevo decreto cambiando la fórmula previsional para atar a los haberes a la inflación. El problema es que en la actualidad la jubilación mínima (que cobran la mayoría de los jubilados) no llega a cubrir ni el 30 % de la canasta básica de los adultos mayores y sin ningún mecanismo de recomposición no habría forma de revertirlo.

La modificación de la fórmula previsional era parte de la Ley Ómnibus, pero habiendo sido rechazada en el Congreso, desde el oficialismo decidieron realizarla por DNU. La “urgencia” del gobierno se debe a que habiendo pasado el pico inflacionario de diciembre y enero, la fórmula vigente generaría aumentos mayores de los que están dispuestos a otorgar. Luis Caputo, desde el Ministerio de Economía, viene aprovechando el método de actualización trimestral actual para licuar las jubilaciones y ahora pretende mantener el robo realizado con el cambio de la fórmula.

Los jubilados que reciben el haber mínimo en febrero cobraron un 47 % menos que el mismo mes del año pasado (sin contar el bono), debido al enorme retraso frente a la inflación. La nueva normativa define que las jubilaciones y pensiones aumentarán recién en abril un 27,35 %, llevando el haber mínimo de $ 134.445 a $ 171.216. Una cifra que ya debería haber sobrepasado en marzo si hubiese seguido el ritmo de la inflación (72 % entre diciembre y febrero). En mayo se otorgará un aumento a cuenta de la movilidad de junio, basado en la inflación de dos meses atrás, o sea el número del IPC de marzo que publicará el Indec. En junio se tomará el aumento de precios de abril y se ajustará la diferencia con la movilidad actual, es decir, descontando los aumentos a cuenta y dejando consolidado el monto del haber. A partir de Julio comenzaría a correr la nueva movilidad de forma plena, utilizando sólo el índice de precios de mayo (en agosto el de junio y así sucesivamente).

Tras el hundimiento histórico de las jubilaciones que se derrumbaron más de 26 % en tres meses y más de un 60 % desde 2015 (sin tener en cuenta los bonos), Milei y Caputo buscan garantizar que los haberes previsionales queden por el piso. La nueva normativa no incluye ningún mecanismo por el cual los ingresos de los jubilados puedan recomponer lo perdido.

Tampoco figura en el decreto qué pasará con los bonos que forman una parte sustancial de los haberes, para el caso de la mínima venían siendo de $ 70.000. Incluso, según lo publicado hasta el lunes el tope para estas últimas no fue modificado quedando en $ 204.445, haciendo que el bono a otorgar no pueda superar los $ 33.000; aunque desde el gobierno informaron que sacarían un nuevo DNU para subir este límite. Esta dependencia de los bonos dejada por la gestión de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa, le permite a Caputo un importante margen de maniobra para seguir licuando los fondos destinados para jubilaciones. (LID)