Ante empresarios, Alberto Fernández llamó a "construir un mejor capitalismo" tras la pandemia

El Presidente afirmó afirmó que en el futuro el país deberá enfrentar debates sobre la naturaleza de su sector productivo. Y habló sobre Bolsonaro.

El presidente Alberto Fernández instó este martes a construir un "mejor capitalismo" y apuntó a la necesidad de "industrializar el país" agregándole valor a las materias primas que exporta la Argentina, al cerrar el encuentro organizado por la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE).

Sostuvo que "la primera pregunta que uno se hace es por qué la pandemia fue capaz de desmoronar imperios económicos".

Y dijo tener una respuesta: "Muchos de esos imperios olvidaron lo mejor del capitalismo y se aferraron a lo peor, que es la lógica financiera. Estamos viendo que muchas empresas tenían un valor ficticio ligado a la especulación financiera".

"Cuando en el capitalismo tuvo más importancia el gerente financiero que el de producción, empezó a ser menos noble y más débil. Estos son los debates que vamos a enfrentar en el futuro", consideró.

Coronavirus y crisis global

Fernández, quien al abrir su discurso le deseó una "pronta recuperación" a su par de Brasil, Jair Bolsonaro, que dio positivo en el test de coronavirus, dijo tener la "impresión de estar viviendo un tiempo único".

"Acabo de mandarle una nota deseándole una pronta recuperación al presidente de Brasil, que contrajo coronavirus", sostuvo.

Sobre la situación económica mundial, señaló: "Vemos cómo las empresas han entrado en crisis terminales que han obligado a los Estados a intervenir para mantenerlas en pie".

"Alemania nacionalizó un laboratorio que estaba trabajando en la cura del coronavirus. En Italia el Estado tuvo que asistir a Fiat", dijo el mandatario ante los empresarios.

Afirmó percibir que "todos los Gobiernos se están encerrando en sus economías. En dejar de depender del resto del mundo y enfocarse en el consumo interno".

"Hay una revisión en todo el mundo sobre el sentido de cómo se logra un nuevo desarrollo. El encierro de las economías empezó con el Brexit y con decisiones norteamericanas. Uno ve una vuelta atrás con el libre comercio que la globalización proponía. Son cosas que no dependen de nosotros mismos, pero sí depende de nosotros mismos cómo construir una nueva economía en la Argentina", indicó.

Dijo que "los argentinos sabemos cuáles son nuestras fortalezas y lo que queremos hacer es potenciarlas. Está claro que hay un sector muy importante vinculado a la producción agrícola-ganadora. El mundo va a necesitar alimentos. ¿No es hora de que le agreguemos valor a esos alimentos? Hoy exportamos más alimentos para animales que para humanos".

"Esta es una oportunidad que tenemos. Esto de lo que estoy hablando no se choca con la industria. Creo que la Argentina debe industrializarse al máximo. Los grandes países fueron los que desarrollaron industrias sobre la base de la ciencia y la tecnología, que hace cuatro años que en Argentina están abandonadas", afirmó.

¿Cuál es la imagen actual de Alberto Fernández?

Aunque sigue siendo el dirigente con mejor valoración de la Argentina, en tres meses, el presidente Alberto Fernández perdió 25 de los 30 puntos conseguidos en el arranque de la pandemia.

En marzo, cuando el coronavirus desembarcó formalmente en el país, Alberto Fernández llegó al pico más alto de popularidad, aunque luego, mes a mes, fue sufriendo un paulatino descenso en la percepción que tienen de él los argentinos.

Así lo reveló el último estudio de la consultora Giacobbe & Asociados, que destacó que pese a seis descensos consecutivos, Fernández sigue siendo el dirigente con más ponderación positiva del país.

Se trata de un relevamiento nacional con 2.500 casos, encuestados entre el 29 de junio y 1° de julio y con un margen de error del 2 por ciento.

Fernández se mantiene al tope con 43% de imagen positiva, a lo que añade 16,3% de regular y 38,5% de negativa. Pero lo que llama la atención, más que el número de aceptación –que sigue siendo alto- es el franco y vertiginoso descenso.

El Presidente asumió en diciembre con un poco más de valoración positiva que negativa, ambos en torno a los 40 puntos. Para febrero el balance se había invertido, con más rechazo que aprobación, pero siempre dentro de una franja pareja. En marzo se produjo el quiebre y sumó unos 30 puntos de imagen positiva para llegar al récord de 67,8%. En contraposición, la negativa quedó apenas por encima de 10 puntos.

Pero desde entonces hubo una desmejora constante, plasmada en seis mediciones: dos en abril, dos en mayo y dos en junio. Así, perdió unos 25 de esos 30 puntos captados por el Covid 19 . Ahora, la ponderación de Fernández se asemeja a la que tenía cuando llegó a la Rosada.

La duda de los consultores, según analiza Paladini, es si tocó su piso o puede seguir bajando.

Quiénes siguen por detrás del Presidente

Detrás de Fernández aparece Horacio Rodríguez Larreta. El jefe de Gobierno porteño tiene 36% de imagen positiva, 36,2% de regular y sólo 18% de negativa. Potencialmente, el que muestra mayor margen para crecer. Axel Kicillof, el gobernador bonaerense, también cae de a poco después de mostrarse al frente de la crisis con Fernández y Larreta: tiene 29% de positiva, 11,3% de regular y 50% de negativa.

En cuanto a Cristina Kirchner y a Mauricio Macri, lideran el ranking menos deseado, el de la imagen negativa. La vicepresidenta suma 53,9 %, que contrasta con el 31,7% de positiva y el 11,3% de regular. El expresidente registra 50,9 % de imagen negativa, pero además es el de menor imagen positiva, con 20,7% de positiva. Un 25,3 la considera regular.

Además de los datos duros, Giacobbe hace un particular ejercicio: el consultor les pide a los encuestados que identifiquen al Presidente con una sola palabra. Y en la nube de resultados, una de las que se le más es "Títere", lo que habla de la percepción de muchos respecto de su subordinación a Crsitina.

"Un punto a tener en cuenta -respecto a un posible piso- es el 38% con el que Alberto Fernández llega al coronavirus. Aunque puede ir más abajo de eso, porque después de la pandemia van a quedar tres años de parate económico. Eso va a generar una angustia y una tensión social, que haga lo que haga lo va a afectar. El nivel de demanda va a ser imposible de asistir", analiza Giacobbe. (IProfesional)