Aranguren, el hombre de las malas noticias

Como es costumbre, cada vez que el ministro de energía, Juan José Aranguren, hace una conferencia de prensa nada bueno puede esperarse de sus anuncios. Y es que se ha convertido en el hombre de las malas noticias y enemigo público de los trabajadores. Conferencias de prensa largas, tediosas y con resoluciones que solo traen alegría a los empresarios. Hace unos días anunció un nuevo aumento en la tarifa de la electricidad. Para el mes de marzo habrá aumentado un 100 % en relación a la actual. Un nuevo aumento en poco más de un año de gobierno macrista. Teniendo en cuenta que en 2016 hubo un incremento del 370% en la tarifa de electricidad, según el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina, (Cifra).

Aranguren es uno de los ministros que se encarga de hacer el “trabajo sucio” del gobierno para aumentar las ganancias de las empresas de luz, gas y también las grandes petroleras. Y se las asegura con cada aumento que recae sobre los trabajadores y los pobres, ya que tampoco dudó en pegar sobre la tarifa social. Así es como se lleva la palmada en el hombro de los empresarios de la energía, grupo del que él también forma parte. No hace mucho se conoció que poseía acciones de la multinacional Shell por 16 millones de pesos. Pero para el exCeo de la multinacional angloholandesa este hecho no es incompatible con la función pública.

Cada vez que Aranguren sale a la cancha, hace gala de un abultado caudal de datos con números y comparaciones estadísticas para tratar de dibujar un nuevo golpe al bolsillo trabajador. La contracara de las malas noticias para los trabajadores es un aumento en las ganancias de los empresarios. Básicamente porque los intereses de unos son opuestos a los intereses de otros, es decir lo que sale de un bolsillo va a parar a otro.

Después de anunciar el aumento de la tarifa de luz dio algunos tips para ahorrar energía. En una entrevista para radio La Red, aconsejó usar el lavarropas tres veces por semana máximo, el microondas 10 minutos por día, la plancha 30 minutos diarios; y recomendó que lo ideal fuera tener, como mucho, 9 lámparas encendidas 4 horas por día. Una verdadera provocación.

De esta manera, Aranguren rinde honores con su cinismo empresarial a la multinacional que lo educó y lo vio crecer. Shell se jacta de tener un profundo compromiso con la naturaleza y la comunidad en cada rincón del mundo donde opera. No hay que alejarse de los lugares para darse cuenta de semejante hipocresía. Desde Dock Sud hasta Nigeria, pasando por el Golfo de México, hay denuncias a Shell por contaminación, persecución sindical y saqueo de los recursos naturales.

¡Malditas conquistas laborales!

A pesar de los rumores de alejamiento del gobierno que se conocieron el año pasado y su posible salida del ministerio, Aranguren sigue siendo un hombre importante para el gabinete de Macri. Aunque últimamente mantuvo un perfil más bajo que cuando apenas asumió el mando del Ministerio de Energía, se encargó de avanzar sobre un problema de peso que preocupa al gobierno: las conquistas laborales y los convenios colectivos de trabajo.

En los últimos meses, el ex CEO de Shell, estuvo operando, desde la mesa chica, para llevar adelante la reforma del convenio colectivo de trabajo de los petroleros. Mesa de la que también formaron parte el presidente Macri, Gustavo Lopetegui, Jorge Triaca, el gobernador de Neuquén Omar Gutiérrez, el presidente de YPF Miguel Gutiérrez, el de Panamerican Marcos Bulgheroni, el de Total Jean-Marc Hosanki y Guillermo Pereyra, secretario general del sindicato petrolero. Por ahora se aplicaría a aquellos trabajadores petroleros de áreas de extracción “no convencional” afectando a más de 4 mil trabajadores.

¿Qué significa está reforma para los petroleros? Básicamente, su sueldo se reducirá a la mitad (ya no se pagarán las horas del traslado y el pernocte en los yacimientos), se reducirá la cantidad de trabajadores que operan un pozo, y se autorizarán a llevar adelante maniobras y operaciones en determinadas condiciones que antes estaban prohibidas por ser consideradas riesgosas para los trabajadores. Mientras tanto, para las petroleras significa un guiño para extender reformas que permitan flexibilizar en todas las ramas de la producción de hidrocarburos y derivados.

Amigos son los amigos

Envalentonados por el gobierno, los empresarios de otros gremios también toman nota y no quieren quedarse atrás, como en marinos mercantes y metalúrgicos. El rol protagónico también lo tiene la burocracia sindical, que además de dejar pasar el ajuste que afecta al conjunto de la sociedad, ahora también vende las conquistas sindicales de los trabajadores en blanco y bajo convenio.

La amistad de Aranguren y la burocracia sindical es previa a asumir funciones gubernamentales. Siendo CEO de Shell, en 2014, fue el responsable de despedir a un grupo de activistas sindicales y militantes políticos opositores a la conducción de Roberti en la refinería de Dock Sud, entre ellos dos integrantes de la agrupación Naranja Petrolera y del PTS, Fernando Luna y Gustavo Michel. Ese mismo año, en su planta de lubricantes en la ciudad de Buenos Aires, también despidió a un grupo de trabajadores que cuestionaban la conducción del sindicato. En esa ocasión, la justicia intimó a Shell a cumplir el fallo que obligaba a la empresa a reinstalar a tres despedidos, con la posibilidad de encarcelar a Aranguren en caso de no hacerlo. Finalmente, Fernando Luna, Gustavo Michel y Analía Portillo fueron reinstalados en sus puestos de trabajo luego de una firme lucha, y convirtiéndose en un ejemplo de que se puede enfrentar a Aranguren y las empresas que representa. No hay enemigo pequeño, pero tampoco hay enemigo invencible si hay fuerzas preparadas para dar pelea.