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Empiezan a negociar convenios atados a la productividad en el sector automotriz

Siguiendo el modelo de lo negociado entre empresas y sindicatos en el sector petrolero, ayer arrancó la negociación de cambios en las condiciones laborales en el sector metalmecánico.

27 de enero de 2017| Esteban Mercatante |

El ministro de Producción, Francisco Cabrera, inició ayer con empresas del complejo automotor una serie de encuentros destinados a lograr una "mayor eficiencia y productividad" del sector al estilo de los acuerdos logrados con las petroleras para el complejo Vaca Muerta.

La intención de iniciar estas tratativas había sido anticipada por Cabrera la semana pasada, desde Davos.

"Fue una reunión muy productiva, muy buena. Vamos a tener una serie de reuniones para que crezca el sector automotor", afirmó Cabrera luego del encuentro desarrollado en el salón Negro del décimo piso del Palacio de Hacienda.

El titular de Producción estuvo acompañado por el secretario de Industria, Martín Etchegoyen, y por el lado empresario estuvieron representantes de la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), el titular de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA), Gerardo Venutolo, el vice, Juan Carlos Lascurain, y el presidente de la Asociación Argentina de Fabricas de Componentes (AFAC), Raúl Amil.

Una fuente relacionada con las conversaciones estimó que las charlas se podrían prolongar por un mes, aproximadamente, antes de que el gobierno esté en condiciones de anunciar algo parecido a lo que ocurrió con Vaca Muerta, hace un par de semanas.

Entre otros puntos, el gobierno puso sobre la mesa de discusión la ley de Autopartes aprobada el año pasado por el Congreso, que dispone de beneficios fiscales para las terminales que incorporen mayor cantidad de piezas fabricadas en el país. Se estima que en promedio, en Argentina solo se fabrica el 25 por ciento de un auto, mientras que el resto se importa en forma de autopartes para ensamblar.

El gobierno apuntaría según algunas fuentes a dinamizar la actividad de las autopartistas locales.

Después de un 2016 en el que la industria automotriz continuó la caída con la que ya venía desde 2014 (se desplomó el año pasado 10,2 por ciento), algunas señales sobre el final del 2016 indican que el sector comenzó a salir del proceso de contracción, con una fuerte suba del 27,2 por ciento en diciembre y del 2,2 en noviembre, especialmente impulsada por pick ups y camionetas, cuyo destino es el trabajo en el campo.

En un próximo encuentro, el gobierno espera reunirse con los dos principales sindicatos del sector, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), para analizar junto los representantes obreros lo que consideran "aportes" que se pudieran hacer para mejorar la eficiencia del sector.

Entre otras cuestiones, el gobierno volvió a apuntar contra el "ausentismo".

El sector automotriz, pionero en flexibilizar las condiciones de trabajo

Aunque el sector automotriz viene atravesando en los últimos años una situación compleja, que responde sobre todo a la crisis en Brasil que es el principal destino de exportación de los vehículos que se producen en el país, resulta difícil de sostener que quede mucho por hacer en el rubro en lo que hace a atender las aspiraciones de los empresarios respecto de las condiciones de trabajo. Por el contrario, en las últimas dos décadas los metalmecánicos fueron, gracias a la conducción del SMATA, los pioneros en introducir la flexibilización de las condiciones de trabajo en el país, llevándola a niveles extremos. Polivalencia, trabajo en equipo, banco de horas, remuneración atada al rendimiento, posibilidad de suspender personal sin pagar cargas sociales, son apenas una parte de las facilidades introducidar pos los convenios laborales firmados por el SMATA, que permitieron a las automotrices amortiguar los efectos de los vaivenes del mercado, trasladando los costos a los asalariados. Gracias a esto, [la productividad por obrero se incrementó 60 % entre 1993 y 2000, y 90 % entre 2002 y 2007-

Este cambio que se busca ahora, incorporando objetivos explícitos de productividad, es una vuelta de tuerca más en este sentido. Una de las claves para el acrecentamiento de la ganancia capitalista consiste en lograr que los trabajadores incrementen el volumen producido durante su jornada laboral, sin que esto redunde en un incremento equivalente en la remuneración de la fuerza de trabajo. Para poner un ejemplo, si las cláusulas de productividad prevén que para que los trabajadores reciban 20 % de aumento en sus salarios durante los próximos 6 meses, la producción debe aumentar 30 %, y que si esto no se logra no habrá aumento salarial o este será menor a lo pautado, los empresarios se aseguran que estarán mejorando su participación en el reparto de la torta. Se trata de una modificación que promete tener efectos profundamente regresivos en el reparto del ingreso. Y que además promete profundizar la cantidad de "rotos" por el esfuerzo de incrementar los ritmos, en un gremio en el que las lesiones laborales ya conocen índices elevados. (LID)

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