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Gas: empresas, herencia y tarifazos

Las tarifas del gas están en el centro de la escena, llegaron facturas exorbitantes a los domicilios con disparidad de precios en las distintas provincias. La justicia intervino frenando los tarifazos, el Gobierno tuvo que anunciar un tope del 400 % a las subas y ahora la Justicia Federal de La Plata rechazó el pasado viernes una medida cautelar que solicitaba suspender las resoluciones del Ministerio de Energía y Minería de la Nación y dio validez al aumento en la tarifa del gas con topes de 400 y 500 %.
Las idas y vueltas con las facturas del gas no se detienen, tampoco las críticas al ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, cuestionado por sus medidas que ya tuvieron varias “correcciones”, así como por su rol de estar de ambos lados del mostrador, como accionista de Shell y funcionario que debería “controlar” a estas empresas.

25 de julio de 2016| Mónica Arancibia |

Pero, ¿quiénes son los protagonistas y participantes en este sector?

Entramado del gas

La industria del gas natural, a partir del año 1992, que se sancionó la Ley N° 24.076, se divide en tres segmentos: producción, transporte y distribución.

En la etapa de extracción de gas las empresas que participan son: YPF, Total Austral, Pan American Energy, Petrobas, Pluspetrol, LF Company, Tecpetrol, Apache y Chevron.

El transporte y la distribución del gas por redes son servicios públicos que están concesionados a empresas privadas y quien las “controla” es el Ente Nacional Regulador de Gas (ENARGAS).

El transporte es controlado por Transportadora General del Norte (TGN) y Transportadora General del Sur (TGS), que conectan las cinco cuencas que existen en el país.

Por su parte, el sector de la distribución es manejado por nueve empresas que son Metrogas, Gas Natural Fenosa, Camuzzi Gas Pampeana, Camuzzi Gas del Sur, Ecogas Centro, Ecogas Cuyana, Litoral Gas, GasNor y Gas Nea quienes se encargan de distribuir el gas a lo largo del país.

Con la crisis del 2001, en enero de 2002, a partir de la Ley de Emergencia se pesifican las tarifas de transporte y distribución, y del gas en boca de pozo. Primero Eduardo Duhalde y luego Néstor Kirchner no ajustaron las tarifas, para intentar evitar una escalada inflacionaria pos la devaluación de 2002, a pesar de lo pactado en los convenios de privatización. Las privatizaciones se mantuvieron y no se revisaron de conjunto los marcos regulatorios.
Lo que el kirchnerismo dejó…

El kirchnerismo mantuvo las concesiones y esto generó graves consecuencias. Las empresas se jugaron a mantener sus ganancias, redujeron sus inversiones y el Estado año tras año desembolsó más subsidios para sostener ese esquema.

Las empresas petroleras y gasíferas durante la década pasada aumentaron la extracción reduciendo la inversión en exploración y el mantenimiento de pozos. Esto generó baja de la producción y de la exportación. El Gobierno anterior les concedió programas como “Petróleo Plus”, “Refinación Plus” y “Gas Plus” para incentivar la exploración, la explotación y aumentar la producción de combustibles.

El Estado destinó por año entre 1.500 y 2.000 millones de pesos, para beneficiar a la exportación, uno de los premiados fue Bulgheroni con Pan American Energy. Sin embargo, la producción descendió, y se incrementó la importación de combustible, mientras se garantizaba con subsidios las ganancias de las empresas.

Un informe de la consultora KPMG estima que la producción de gas natural se desplomó desde 51.000 millones de M3 en 2005 a 38.000 millones de M3 en 2015, una caída del 26 %. En 2011 el consumo interno superaba la producción en aproximadamente 600 millones de M3, monto que fue subiendo hasta alcanzar en 2015 un déficit de 8.000 millones de M3.

Los subsidios se canalizaban a través de Enarsa y se encargaba de comprar el gas importado para abastecer el mercado interno, según datos de KPMG el 29 % de las transferencias se destinaba a esto.

En 2015 el país importó energía por un valor aproximado de 6.000 millones de dólares y el déficit comercial se estimó en 3.000 millones de dólares. La importación de energía significó el 15 % de las importaciones totales nacionales, según la consultora.

Las empresas energéticas, según estimaciones realizadas en base a datos publicados por el diario La Nación desde 2007 a 2015 recibieron 1,3 billones de pesos en concepto de subsidios.

La empresa de transporte TGS S.A., según datos de ASAP en el período cerrado el 30 de junio de 2015, tuvo una ganancia neta de $ 160 millones, mientras que en el mismo período del 2014 arrojó una ganancia de $ 37,3 millones, que representa un aumento del 329 %.

La empresa de distribución Gas Natural Ban S.A. obtuvo al terminar el 30 de junio de 2015 una ganancia neta de $ 80,4 millones.

Nuevos negocios: de la luz al gas

La semana que pasó Marcelo Mindlin, dueño de Pampa Energía (incluye a la empresa Edenor), les vendió al Grupo Inversor Petroquímica SL, liderado por las familias Sielecki y Werthein (que también tiene negocios agrarios y en otras ramas de la economía) el control del 50 % del paquete accionario de CIESA, la empresa dueña de Transportadora Gas del Sur (TGS).

La familia Werthein, es además dueña de la mitad de Telecom Argentina y de la aseguradora QBE. En tanto, la familia Sielecki tiene participación en Laboratorios Phoenix y Laboratorios Elea.
La operación se concretó por US$ 240 millones. El 50 % restante continuará manejada por Marcelo Mindlin.

TGS, a través de la planta Cerri, es el procesador mayor de líquidos derivados del gas y produce 300.000 toneladas de etanol, 150.000 toneladas de gasolina y 550.000 de propano/butano.

La compra de acciones de TGS, está relacionada con el desembarco de Mindlin en la filial local de Petrobras, porque el empresario (también dueño de Edenor) vuelve a entrar a TGS ya que la empresa petrolera brasileña es la operadora de la firma. Ante la imposibilidad de tomar el control total de la transportadora tuvo que desprenderse de sus acciones de TGS.

Tarifazos macristas

El Gobierno actual aplicó una política de “shock” y aumentó exponencialmente las tarifas. Esto generó un profundo malestar social que ya se expresó con los cacerolazos y ruidazos que hubo en todo el país.

Como planteó el Frente de Izquierda, hay que suspender los tarifazos en todos los servicios públicos y el transporte hasta realizar una investigación sobre el uso de los recursos que el Estado les regaló a las empresas prestatarias durante la última década y que no se destinaron para la inversión, dejando los servicios en un estado crítico.

Los salarios no alcanzan para compensar la batería de aumentos que no sólo fue de tarifas de gas sino también la luz, el agua, el teléfono, los alimentos, el transporte, entre otros.

Ante el malestar social, el macrismo sigue prometiendo que llegarán las mejoras, la frontera del segundo semestre se alarga cada vez más.
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