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Iglesia y Megamineria en Argentina

Los distintos reclamos ciudadanos ante el avance de megamineria, explotación minera a gran escala, a cielo abierto y sus consecuencias ambientales, y la falta de consulta sobre estos mega proyectos, han establecido una postura de la iglesia católica argentina ante esta problemática “que reclamó consultar a la gente”.

31 de mayo de 2013

El avance represivo del estado para amedrentar las asambleas ciudadanas y sus acciones directas contra la megamineria, también originaron posturas definidas, emitidas en sendos comunicados por la Iglesia Católica, que la Agencia de Noticias Copenoa emite más abajo.

Comunicado del Obispo acerca de la pueblada de Famatina

Ante los hechos que se vienen desarrollando en los Departamentos de Chilecito y Famatina, en torno a la explotación minera, queremos exhortar a toda la comunidad de profundizar el diálogo, anteponiendo cualquier hecho de violencia que genere enfrentamientos irreconciliables entre vecinos, familias y seres queridos.

La conveniencia y oportunidad de la explotación de los recursos provinciales, es una decisión que le compete a las autoridades de turno, pero ello no implica una decisión desentendida del bien común, pues “la justicia es el objeto y, por tanto, también la medida intrínseca de toda política…” (Benedicto XVI Deus Caritas Est). Esta apreciación doctrinal de la justicia del Santo Padre, es ocasión privilegiada para reflexionar como, la realización de la justicia debe promover el bienestar general de la población, en este contexto las autoridades deben estar atentas a los reclamos sociales y los actores sociales respetar las vías constitucionales de las demandas colectivas. El compromiso por el bien común, es una construcción compartida entre todos y destinada para todos sin excluir a nadie.

Las descalificaciones, los agravios, las injurias afectan la dignidad humana y nos alejan de la convivencia armónica que debe prevalecer en todo Estado de derecho. Precisamente porque vivimos en un estado jurídicamente organizado, la Constitución Nacional y Provincial prevén mecanismos de participación como la consulta popular, en la que el pueblo se manifiesta sobre situaciones que hacen a su destino social, cultural o económico. Consideramos que estos instrumentos constitucionales respetuosamente aplicados, contribuirán a apreciar realmente la voluntad popular de los Departamentos de Famatina y Chilecito y a valorar la palabra empeñada de aquellos que fueron constituidos por el pueblo riojano en rectores de los destinos de la Provincia.

Que la celebración del Tinkunaco, memoria de reconciliación entre el diaguita y el español, por la palabra evangelizadora de San Francisco Solano, nos aliente en estas circunstancias, a un verdadero encuentro entre nosotros.

Firma: Roberto Rodríguez, obispo de La Rioja.
http://noticiasdechilecito.com.ar/?p=4988

Minería. La Iglesia de la región reclamó consultar a la gente

Los obispos de las provincias del nororeste (NOA) se reunieron y emitieron un comunicado donde sostienen que el Estado debe “asegurar desde el principio la información completa, la consulta y la participación de las comunidades afectadas por inversiones mineras". El obispo riojano, Roberto Rodríguez, había pedido en enero que se realice una consulta popular en Chilecito y Famatina.

La Iglesia reclamó que la minería -como la producción petrolera y agroindustrial- se convierta en una política de Estado. Lo hizo en un documento de los obispos del noroeste – escenario de recientes protestas contra la megaminería y de violenta represión- en el que critican implícitamente el papel que vienen teniendo la Nación y las provincias ante los proyectos mineros e instan a las instituciones políticas y sociales a “un diálogo veraz y sincero”.

En el documento – difundido al término de su reunión anual, celebrada en Cafayate-, los obispos del NOA afirman que ante las inversiones mineras, petroleras y agroindustriales el Estado debe “asegurar desde el principio la información completa, la consulta y la participación de las comunidades afectadas por dichas inversiones, y supervisar las investigaciones preliminares, las exploraciones, la equidad en los acuerdos y la salubridad de los procesos de extracción”.

También le demandan “garantizar una provechosa participación de los pueblos en la distribución de los beneficios y la transparencia de esos emprendimientos; velar por los legítimos intereses del Estado nacional y de las provincias, y revisar la legislación, actualizar sus contenidos en función de los cambios que se han operado en la realidad, e informar convenientemente a la población para que conozca el desarrollo de esta temática, que debe constituir una política de Estado”.

Los obispos introducen, además, en el debate el criterio de la reparación. “El daño ambiental, cultural y social que se hubiera causado a partir de estos emprendimientos y sus consiguientes actividades – dicen-, exige en términos de justicia, la reparación proporcionada a los efectos padecidos por nuestro pueblo, lo cual tendrá que ser determinado por las leyes que oportunamente deberán dictarse en la materia”.

El pronunciamiento de los obispos del NOA se suma al que, hace dos semanas, difundieron sus colegas de la Patagonia, encabezados por el obispo de Neuquén y vicepresidente primero del Episcopado, Virginio Bressanelli.

En aquel documento -además de reclamar un diálogo en torno a tópicos similares a los señalados por los del NOA-, los obispos patagónicos deploraban la enérgica represión contra manifestantes críticos de la megaminería. Ello ocurrió el 10 de febrero en el departamento catamarqueño de Tinogasta y en la localidad tucumana de Amaicha del Valle. En el primer caso, hubo ocho heridos de bala de goma.

Antecedente

El obispo de La Rioja, monseñor Roberto Rodríguez, había reclamado en enero pasado, cuando brotó aquí el conflicto por el proyecto de exploración aurífera del Famatina, que se convoque a una consulta popular en los pueblos involucrados en el proyecto, es decir, Famatina y Chilecito.

http://www.aica.org/2550-en-comodoro-rivadavia-advierten-sobre-la-megamineria.html

En Comodoro Rivadavia advierten sobre la megaminería

Ley de regulación de la actividad minera en Chubut ver más
Comodoro Rivadavia (Chubut) (AICA): Los equipos de Pastoral Social y Pastoral Aborigen de la diócesis de Comodoro Rivadavia, emitieron un comunicado en el que presentan su postura en relación a la megaminería, en el marco de la presentación del proyecto de ley de regulación de la actividad minera, presentado por el Poder Ejecutivo provincial. El mensaje señala que “no podemos seguir esgrimiendo la idea de `progreso´ y `desarrollo´ en desmedro del agotamiento de los recursos humanos y naturales, a cualquier costo, amenazando la vida de futuras generaciones, en una relación de desigualdad e injusticia”.
Los equipos de Pastoral Social y Pastoral Aborigen de la diócesis de Comodoro Rivadavia, emitieron un comunicado en el que presentan su postura en relación a la megaminería, en el marco de la presentación del proyecto de ley de regulación de la actividad minera, presentado por el poder ejecutivo provincial.

El mensaje manifiesta que:

Los Equipos de Pastoral Aborigen y Pastoral Social de la Diócesis de Comodoro Rivadavia reiteran una vez más su profunda inquietud ante la decisión del Ejecutivo provincial de avanzar sobre el tema de megaminería en la provincia enviando a la legislatura un marco regulatorio echando por tierra el espíritu de prohibición de la ley 5001, siendo ésta la primera Ley en el país que sentó antecedentes rechazando la extracción megaminera con uso de tóxicos y contaminantes.

Como Iglesia chubutense, junto a otros actores sociales con los que compartimos el mismo espacio de ciudadanía, somos partícipes desde hace años de la misma honda preocupación acerca de la política extractiva en nuestra provincia. Esta voz se ha mezclado e integrado con otras voces que sienten la misma inquietud y tienen los mismos anhelos de un desarrollo que sea humano, integral, solidario y sostenible para los pobladores de nuestra provincia. Y desde nuestra visión tanto cristiana como ciudadana, abordamos este desafío que trasciende lo exclusivamente religioso, para buscar de abordarlo de manera integral. Ningún aspecto puede quedar fuera, ya que afecta a todas las dimensiones del ser humano.

Es por eso que desde hace años, los obispos patagónicos y sus equipos de Pastoral Aborigen y Social, se han manifestado recurrentemente respecto de este tema, rechazando firmemente una política extractiva megaminera con uso de explosivos y de insumos tóxicos cuyo poder de contaminación y producción de desechos, sabemos, traen efectos devastadores hacia recursos como el agua, el suelo, el aire y la luz, que son bienes comunes.

La tensión provocada por la lógica de un sistema mundial de producción ha generado una cultura consumista que hemos de cuestionar terminantemente, para garantizar un futuro común para todos: los que estamos y los que vendrán. Interpelamos este modo de vivir que solo está trayendo saqueo, depredación y pobreza, contrariamente al mensaje que nos venden quienes manipulan, desde sus lugares de poder, la opinión popular ofreciéndonos un mundo de satisfacción inmediata, de pleno empleo y de bienestar económico. Por eso decimos trabajo si pero no a cualquier precio!!!

Definimos como un retroceso al actual estado de situación de querer modificar con un marco regulatorio una ley que fuera el fruto de una lucha y reivindicación de todo un pueblo como lo fue aquel histórico “No a la mina” de Esquel.

Consideramos que es necesario plantear de un modo integral y desde otro paradigma esta cuestión acerca de la megaminería ya que no solo es posible hacerlo desde un enfoque economicista e unilateral. Necesitamos saber y reflexionar acerca de otros modos de sustentar la vida y el desarrollo económico que no sea mediante el uso indiscriminado de bienes naturales, que terminarán con la capacidad generosa de nuestro planeta.

La notable experiencia colectiva de Esquel y de otras convocatorias, las cuales se han ido sumando a este inexorable movimiento de resistencia crítica, a partir de la participación y del protagonismo ciudadano, nos demuestra la opinión de muchos que al momento, no ha sido escuchada. Sigue persistiendo, agazapada, la decisión política que reniega de la voluntad popular expresada en la ley 5001 desnudando una vez más las deficiencias del sistema de representación política cuestionado por su fragilidad y falta de transparencia.

Es sabido por todos que esta minería afecta directamente “los Derechos de las comunidades aborígenes, alterando su hábitat, y poniendo en riesgo la base de su subsistencia centrada en la ganadería ovina y caprina, agrediendo su cultura caracterizada por el respeto a la naturaleza y el amor a la madre tierra como fuente de alimento, casa común y altar del compartir humano”.

“La Constitución Nacional (art. 75, inc. 17) y la Provincial (art.34) establecen su participación en la gestión referida a los recursos naturales y en los demás intereses que los afecten”. Por su parte el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes, protege el derecho a la existencia colectiva, a la identidad cultural, a la propia institucionalidad y a la participación”(2) lo cual impone al Estado el deber de consultarlos obligadamente. Ellos deben ser los responsables y los protagonistas de su modo de vivir y de su cultura y de su destino. Aún no se han instrumentado los mecanismos que aseguren el respeto del derecho a la participación indígena, incluso facilitado los medios económicos necesarios y con los tiempos adecuados para que las instituciones representativas puedan ejercer estos derechos. Y esto es de indudable competencia del Estado.

Reiteramos una vez más que no podemos seguir esgrimiendo la idea de “progreso” y “desarrollo” en desmedro del agotamiento de los recursos humanos y naturales, a cualquier costo, amenazando la vida de futuras generaciones, en una relación de desigualdad e injusticia. Hoy ya estamos pagando un precio muy caro.

Pero insistimos en que es “necesario instalar una visión ético-espiritual, -la cual supera el plano religioso y es propiedad de todas las personas- de profunda raíz histórica, cultural y ancestral para acordar decisiones compartidas, de manera responsable y comunitaria, interpelando y oponiendo otro modelo distinto al provisto por el sistema donde el afán de lucro y de explotación hiere permanentemente a los recursos de nuestro planeta”.

Nuestra provincia podría liderar otro tipo de propuesta de un “desarrollo alternativo, integral y solidario”, basado en una ética que incluya la responsabilidad por una ecología natural y humana, superando la lógica utilitarista e individualista”, donde los poderes económicos, tecnológicos y políticos no se someten a criterios éticos.

Hoy necesitamos rescatar la actitud del cuidado y la protección como instrumentos para un “buen vivir”, como gesto amoroso que pretende preservar la herencia que recibimos del universo y de la cultura y garantizar verdaderamente un mejor futuro para todos.

Tenemos una oportunidad - como pueblo, como democracia- la de pensar en un “gran proyecto cultural que nos puede llevar a una interpelación ética frente a la crisis de valores de nuestra cultura moderna” donde el vivir bien se torne en una alternativa al vivir mejor que nos vende esta sociedad. +

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