Lagarde advirtió que el crecimiento global se encuentra en condiciones “precarias”

La inestabilidad global por las tensiones comerciales y la desaceleración del crecimiento, fueron los dos factores que la Directora del FMI, Christine Lagarde, señaló como alarmantes en sus perspectivas de la economía mundial.

Ante un escenario mundial que se encamina a una desaceleración en los ritmos de crecimiento, tal como lo han adelantado los reportes del FMI; este martes su Directora confirmó esta tendencia y enfatizó al decir que se avecina un panorama mundial de condiciones “precarias”.

Christine Lagarde, señaló ante la Cámara de Comercio de Estados Unidos, que el crecimiento mundial ha perdido impulso en medio de crecientes tensiones comerciales y condiciones financieras más estrictas.

Pero señaló que la cautela adoptada por la Reserva Federal de Estados Unidos al frenar la suba de tasas este año podría aportar algún impulso en la actividad de cara al segundo semestre de 2019 y a lo largo de 2020. Así descartó la posibilidad de una recesión en el corto plazo.

Anticipándose a la reunión previstas para los días 12, 13 y 14 de abril entre el FMI y el Banco Mundial, Lagarde dijo que la economía mundial está “inestable” después de dos años de crecimiento sostenido a raíz de un panorama “precario” y de vulnerabilidad en materia de comercio mundial.

“En enero, el FMI proyectó un crecimiento global para 2019 y 2020 en torno al 3,5 %, menos que en el pasado reciente pero sigue siendo razonable”, dijo Lagarde. Mientras la crítica situación del Brexit en el Reino Unido suma más inestabilidad financiera.

En el mismo día y sentido, desde la Organización Mundial de Comercio advirtieron el martes que el comercio mundial crecerá un 2,6 % en 2019, confirmando una caída de 0,4 % respecto a sus perspectivas previas. Desde el organismo con sede en Ginebra (Suiza) advirtieron que si la disputa comercial entre Estados Unidos y China se resuelve, el comercio mundial podría repuntar hasta un 3 % en 2020.

Lagarde advirtió que el alto endeudamiento y la política de tasas bajas desde la crisis financiera de 2008 han dejado un espacio limitado en muchos países para actuar cuando se produzca una próxima recesión. En esos países Lagarde recomendó aplicar una política de ajuste fiscal, una receta muy recomendada por el FMI para hacer recaer el costo de la crisis sobre los trabajadores.