Macri oficializó el veto a la ley antidespidos

El presidente oficializó hoy el veto a la ley de emergencia ocupacional aprobada por el Congreso, que preveía la suspensión de despidos por 180 días y la doble indemnización.

Macri lo hizo mediante el decreto 701/2016, publicado en el Boletín Oficial, acompañado de una extensa argumentación en la que renueva las críticas ya formuladas a la iniciativa sancionada por la Cámara de Diputados el jueves pasado.

Para explicar su rechazo a la norma, y como si durante su goberno no hubiera habido ya más de 100.000 despidos, el Poder Ejecutivo arranca sosteniendo “que uno de los grandes objetivos propuestos por el Gobierno es avanzar hacia la pobreza cero, y para lograrlo se encuentra realizando acciones y políticas para crear millones de puestos de trabajo, a los fines de que la mayor cantidad posible de habitantes de la República Argentina tengan trabajo”.

De este modo, el gobierno nacional justifica el uso de un mecanismo absolutamente antidemocrático como el veto, mediante el cual un solo hombre, que en las PASO obtuvo tan sólo el 24 % de los votos, pasa por encima de la voluntad no sólo del Congreso Nacional sino también de millones de trabajadores que vieron con ojos favorables la llamada ley antidespidos, aún siendo ésta limitada. Ya en el comienzo de su gobierno había hecho el presidente uso y abuso de otro mecanismo autoritario como los decretos, siempre para favorecer los intereses de los empresarios.

En su argumentación del veto el Poder Ejecutivo también subraya que “el Gobierno está adoptando las medidas necesarias para generar confianza y que se concrete un período de expansión de la inversión y crecimiento económico y, por lo tanto, de generación de empleo genuino".

Cuando el gobierno habla de generar confianza, se refiere a garantizarle a los empresarios las condiciones que piden para invertir: libertad para despedir cuando quieran y mayor flexibilización laboral. Por este motivo es que Macri, el día viernes, hizo el anuncio en Cresta Roja, donde la fábrica se reabrió con 1000 trabajadores menos y peores condiciones laborales, con salarios más bajos y contratos precarios. Lejos de la "pobreza cero", un modelo para los empresarios.

Frente a la situación, desde la izquierda y el sindicalismo combativo le exigen a las centrales sindicales, con urgencia, un paro nacional, no sólo para imponer la ley antidespidos, derrotando el veto, sino también para comenzar un plan de lucha por todas las demandas del pueblo trabajador.