Observatorio de Violencia, ¿un nuevo instrumento del gobierno para ocultar su responsabilidad?

El cinismo de Urtubey no puede ser mayor. Mientras presenta un Observatorio de Violencia, por un lado; por el otro sus legisladores votan la habilitación de zonas rojas. Pretenden arrojar a miles de mujeres, hombres y niños a la expresión de barbarie más aberrante del capitalismo, como lo es la prostitución. La norma terminará legalizando la esclavitud sexual que se lleva a cientos de jóvenes en todo el país en redes de trata que Urtubey, ni Cristina ni mucho menos Macri estarán dispuestos a desmantelar. Debemos oponerle a esta barbarie una organización de las mujeres independiente del Estado y del Clero, que no dijo nada frente a esta aberración.

Ni una menos

Mientras la declaración de Emergencia por Violencia de Género no produjo un cambio en la situación actual, los femicidios no dejaron de crecer y apuntan a señalar las responsabilidades en el Estado, el Gobierno de la Provincia presentará el Observatorio de Violencia de Género en Salta.
Los Observatorios en el país surgieron como iniciativa del movimiento de mujeres frente a la negativa de los gobiernos a dar cifras que ilustren la situación de violencia. Durante muchos años, por ejemplo, la cifra de femicidios en el país fue provista por la Casa del Encuentro, una organización no gubernamental. Retomando esta iniciativa es que el gobierno decidió convertir esta herramienta por Ley en un instrumento del Estado.
Como ya se vio en el pasado, las organizaciones que están y han estado bajo el dominio de los gobiernos no resultaron eficaces para, en este caso, auditar la política del propio estado. A nivel nacional, el actual Consejo de la Mujer no fue ningún instrumento de lucha efectiva contra la violencia sino que, terminó por convertirse en una usina de propaganda oficialista donde el eje está puesto en cómo la propia víctima debe defenderse de su agresor “sacándole tarjeta roja” o “apretando un botón antipánico”.
Desde el Partido Obrero, en la línea de preservar un Observatorio que tenga la plena libertad de acción, contrapusimos un dictamen que planteaba la autonomía y autarquía de este organismo, con miembros representantes de las organizaciones de mujeres y derechos humanos, además de representantes barriales y sindicales, todos elegidos y revocables por Asamblea.
Es decir que nuestro rechazo no fue contra la iniciativa de un observatorio en violencia, tarea necesaria, sino que hemos opuesto un organismo que pueda ser un verdadero instrumento de control y ejecución sobre la violencia, en la línea de reforzar una intervención de las mujeres frente a esta problemática.
Siguiendo este camino, en el Congreso Nacional –y lo haremos en la Provincia-, presentamos una Ley para que la conformación de un Consejo Autónomo de la Mujer. Un organismo autónomo; con miembros elegidos por el voto de las mujeres mayores de 13 años, para contribuir a la movilización popular y a la lucha de la mujer; con capacidades de control sobre todos los poderes, incluida la justicia, proponiendo remoción de jueces contrarios a los derechos de la mujer y con una plena autonomía y con una partida presupuestaria propia; estableciendo, además, que el Estado garantice a las mujeres víctimas de violencia, no solo medidas urgentes para resolver transitoriamente su situación como casas refugio y centros de asistencia, sino que garantice a las mujeres trabajo genuino con un salario digno y vivienda.
El cinismo de Urtubey no puede ser mayor. Mientras presenta un Observatorio de Violencia, por un lado; por el otro sus legisladores votan la habilitación de zonas rojas. Pretenden arrojar a miles de mujeres, hombres y niños a la expresión de barbarie más aberrante del capitalismo, como lo es la prostitución. La norma terminará legalizando la esclavitud sexual que se lleva a cientos de jóvenes en todo el país en redes de trata que Urtubey, ni Cristina ni mucho menos Macri estarán dispuestos a desmantelar. Debemos oponerle a esta barbarie una organización de las mujeres independiente del Estado y del Clero, que no dijo nada frente a esta aberración.