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COLOQUIO IDEA Economistas junto a empresarios, inflación y una Idea poco novedosa

En el coloquio de IDEA en Mar del Plata, Sturzenegger y economistas como Bein y Levy Yeyati dejaron a un lado la preocupación por la inflación para pasar a la de salarios.

17 de octubre de 2016| Lucía Ruiz |

El fantasma de una especie de “pass through” invertido recorrió el panel de economistas en el último día del 52° Coloquio de IDEA, celebrado en el hotel Sheraton de Mar del Plata. Simulando despreocupación por el ritmo futuro de la inflación, que en sus relatos estaría siendo cada vez más controlada -a costa de ajuste y recesión-, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, y economistas como el ex asesor de Daniel Scioli, Miguel Bein, o referentes como Dante Sica y Eduardo Levy Yeyati, no pueden ocultar un alto nivel de preocupación por posibles subas salariales.

Pretenden lograr que la baja de la inflación disminuya los incrementos salariales; que la inflación "sí" se traslade a salarios, pero en un contexto de baja. Esto es, mientras los precios crecían por encima de las remuneraciones, todo iba en orden, cuando los precios descienden, que las subas salariales no los superen. El resultado: los trabajadores nunca ganan en esta disputa de salarios versus inflación.

Se trata de un grupo de economistas declaradamente a favor de los empresarios, algunos incluso más a tono con los segundos en esta idea fija de “ajustar cuentas” a los trabajadores.

Así lo expresaban, bajo formas no tan distintas. Sturzenegger insistió en primer lugar con la supuesta eficiencia las metas de inflación. "Aunque nuestras metas tienen una cadencia ¿Es razonable pensar que, en unos pocos años, Argentina tenga una inflación del 5% anual? Nuestra conclusión es que las metas son cumplibles, y sus plazos razonables en la práctica".

Argumentó que “no hay crecimiento estable y sostenido si no hay inflación baja. No hay ninguna evidencia de que bajar la inflación sea recesivo. Todo lo contrario. No hay daño colateral de bajar la inflación, sino que hay daño colateral si no se la baja". En el mismo día que el presidente del Central hablaba de daño colateral, el INDEC develaba que la recesión se llevó puesta más de 118 mil empleos registrados en el primer semestre del año, con un impacto mucho más grande en el sector privado.

Dicho esto, dio lugar a su tesis más importante, la de los salarios: “si la inflación cae, que es el contexto que actualmente está transitando Argentina, el aumento paritario deberá ser entonces menor a la inflación pasada”, sentenció Sturzenegger.

Incluso no se descarta que los salarios puedan crecer un tanto por encima de la inflación mensual, proyectada en 1,5%, de aquí a diciembre. "La mayor previsibilidad y certidumbre de nuestra economía, la palpable reducción del costo del capital, y la gran rebaja impositiva que ha implementado el Gobierno, generan cierto espacio para que los salarios puedan subir en términos reales", indicó.

Este “permitido” a los salarios reales sólo puede realizarse bajo dos circunstancias muy concretas y vinculadas. En primer lugar, la necesidad de mejorar los ánimos generales ante la cercanía de la ronda electoral de 2017. En segundo lugar, el hecho de que lo perdido, “perdido está”. Los trabajadores no podrán recuperar la riqueza extirpada durante meses por la pérdida de poder adquisitivo que generaron las políticas del gobierno macrista. Aún si los salarios reales le "ganen" a la inflación por un tiempo, no podrán revertir la pérdida que ya tuvieron a favor del capital.

Lo que en otros términos sucedería, tomando en un sentido la idea de Keynes pero en la situación actual, en el hipotético caso de que los salarios nominales crecieran algunos meses por encima de la inflación es que crecería el poder adquisitivo, hay una noción de mejoría relativa, pero la pérdida ya está hecha. Solamente en caso que los trabajadores logren conquistar un bono, es decir, un pago excepcional, al nivel suficiente que compense esa pérdida, será posible hablar de recupero. Siempre y cuando la negociación salarial también acompañe un nivel de suba real, lo que podría obtenerse por medio de una cláusula gatillo que ligue los incrementos salariales a la inflación..

No tan distintos (entre Bein y Ratazzi)

En el gobierno de la CEOcracia, hay pase libre para atacar los derechos fundamentales de los trabajadores. “Tenés un país que trabaja 10 meses al año y se cobran 13", dijo el ex asesor de Daniel Scioli, Miguel Bein, quien también ironizó que “además tenés seis días de huelga por año que parecen un derecho”. Está a la vista que no sólo los empresarios cuentan con esa impunidad, también sus intelectuales.

Asimismo, Miguel Bein no se privó de felicitar a Sturzenegger por su actuación en el Central, respecto a que la inflación “ya no es el principal preocupación de la sociedad, claramente estamos mejor, iremos hacia una zona del 20% anual, e incluso si fuera del 23%, el año próximo, sería un avance”, afirmó. Son sobradas las veces que reconoció que, de haber asesorado un gobierno de Scioli, las políticas económicas hubiesen sido similares.

De manera similar, Eduardo Levy Yeyati destacó que la inflación núcleo, la que no varía por cuestiones estacionales o está regulando por el Gobierno, “está en una tendencia decreciente, en parte porque el peso se mantiene constante y eso contiene a la inflación y en parte porque el nivel de demanda y actividad económica es débil y eso ayuda a bajarla”.

Por su parte Dante Sica, consideró que los sindicatos “saben que es un año de transición. Si el empresario sabe cuándo la empresa está mal, el trabajador los sabe el mismo día. Ven entrar y salir los camiones; ven cuando la demanda cae. Me parece que han tenido una actitud muy coherente y de alguna manera de mucha colaboración" con el Gobierno.

A partir entonces de la coincidencia de que la inflación iría en baja, tanto los economistas como el titular del BCRA volcaron sus análisis hacia la mesa de negociación entre sindicatos, empresarios y Estado. No parece ser la cúpula sindical la que desvela a los economistas servidores del empresariado, en tanto que a 10 meses de gestión de Cambiemos, siguen los esquivos a una convocatoria de paro general. La llamada “tregua” sindical. El verdadero temor está en un masivo descontento.

Levy Yeyati se refirió a la tregua: “el desafío es crecer en el 2018” ya que en el próximo habrá un “rebote” de la producción económica luego del ajuste. Para llegar a ese crecimiento “tendemos que encarar algunas reformas y cambios que son muy profundos y necesitan un nivel de consenso casi absoluto. Para eso tenés que empezar ahora y dialogando con el trabajo, el capital, la sociedad civil y entre políticos”, dijo el economista.

Queda claro entonces que, en definitiva, la inflación nunca fue el interés del panel de economistas en IDEA, sino que el foco está en la posibilidad, o no, de que las burocracias sindicales puedan seguir colaborando con la política de ajuste sobre las espaldas de los trabajadores, la contención de los reclamos salariales en relación a la inflación y del éxito de una recesión lenta pero constante.

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