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Caso Daldós: Siguen las incoherencias

El Juez Teseyra se quedó sin elementos para completar la etapa probatoria, la única esperanza que tenía en manos era que el arma secuestrada, una pistola calibre 22, sea la utilizada en el crimen, cosa que no ocurrió por resultar las pericias negativas.

28 de abril de 2007| copenoa |

Teseyra pidió una licencia de 10 días, al frente quedó el Juez Dilascio y el
secretario Sebastián Fucho, quien es el que continuará con los trámites de rigor. Al parecer será este Juez el que dará la libertad a los detenidos, todo presume que ello ocurrirá porque las indagatorias culminaron el lunes 9 de abril y no hay dispositivos de prueba para iniciar un proceso, mucho menos para dictar sentencia.

Los indentikit

Mario Paz, en ese entonces Jefe de la Unidad Regional, en conferencia de prensa del 16 de febrero, hizo referencia a un identikit diciendo que el dibujo tenía un noventa por ciento de parecido a la persona sospechada. Su palabra basada en una amplia certeza afirmaba la confianza que tenía: “Se le dio un setenta por ciento de parecido, pero ya teniéndolo ahora y con las personas demoradas, me atrevería a decir que tiene un parecido del noventa por ciento o quizás más…”, expresaba el funcionario.

Paz, evidentemente recurrió a una mentira, ya que antes dijo que los datos fueron dados por el testigo (no especifica quién); y por lo menos en el expediente no figura que alguien se haya hecho cargo de la provisión de la información brindada para tal trabajo.

El identikit de referencia (Ver figura I), fue confeccionado por el Grupo Técnico Criminalística de Rosario de la Frontera. En el documento se puede leer la carátula de la causa, el lugar del hecho, datos del causante, vestimenta y el parecido aproximado de un 75%, finalmente sigue la firma del cabo que hizo el dibujo acompañado del sello de la Comisaría Nº 31.

A las referencias le falta lo más importante, la fecha de realización, quien aportó los datos, y la firma del mismo; tampoco se hace alusión si fueron aportados por alguien que quiso preservar su identidad. De todos maneras se cree que Paz se refirió al Principal Testigo, idea poco probable dado que se escribe que el individuo llevaba una remera roja, y pantalón vaquero azul. El Principal Testigo nunca pudo precisar si llevaba una camisa o una remera, ni tampoco lo que llevaba puesto en la parte inferior ya que no alcanzó a notar.

Los datos del vaquero azul y la remera roja son completados por los testigos de Horcones, lo que hace pensar que el dibujo podría ser una imagen realizada con el objeto de incriminar a alguien.

No hace falta hablar de la tremenda irregularidad que esto significa más aún cuando está en juego la idoneidad de la policía, por una parte, y por el otro el principio de inocencia de los inculpados, entre otras cosas. El identikit que firmó por puño y letra el Principal Testigo (Ver figura II), fue ejecutado por un Cabo Perito Dibujante de la Sección Reconstrucción Criminal de la División Criminalística (D-5), veinticuatro horas después del asesinato, con un parecido aproximado un 89 %. Si se avaló tal semejanza es porque creyó que así era.

El Testigo precisó que el individuo tenía entre 25 y 30 años; cutis trigueño, contextura física, delgado; ojos medianos, color oscuros; nariz recta; boca chica; labios finos; orejas medianas; mentón débil; cabello corto, cubierto, de color oscuro; cejas, rectas y medianas; frente cubierta con gorra; cuello normal; barba y bigotes de días; vestimenta remera o camisa roja; calzado no recuerda; acento de voz, de la zona; accesorios, una gorra color roja con logotipo, si se acompaña: no,
aparentemente solo; se moviliza: a pie; aspecto general del individuo, obrero.

De acuerdo a lo que se puede precisar no hay un criterio común para la descripción de algunas partes si comparamos con otras descripciones, es decir que el cabello varía entre corto tupido; lacios y no muy largos (melena) y largos, este último dato aportado por los testigos de Horcones.

La incertidumbre no termina aquí ya que se habla de un tercer identikit, que no figura en el expediente pero que sí habrían visto detenidos por la misma causa en la Comisaría 31, se trataría de un sujeto de gorra, delgado, y con los cabellos por debajo de los hombros.

Por la falta de seriedad en el trabajo investigativo hace pensar que todo estuvo cimentado sobre bases poco sólidas, es por eso que se cree que la causa, a pesar de tener sospechosos, no puede continuarse por ese lado. Hasta ahora la policía se cerró sobre la hipótesis de robo, pero no se nota que baraje otras líneas que podrían estar relacionadas con la vida misma de Ezio Daldós, por ejemplo no se conoce que se haya visto sus cuentas, sus relaciones laborales, sus movimientos
económicos, el entorno personal; que son en definitiva, acciones normales que la autoridad máxima de un tribunal puede realizar ante estos hechos que no tienen demasiada claridad.

Lados flacos de la Justicia

Las detenciones producidas el 13 de marzo por el caso del crimen del remisero Ezio Daldós abrieron una serie de incógnitas que permanecen sin resolver.

A cuatro meses del asesinato y a casi dos meses de las detenciones producidas el 13 de febrero, las certezas de la policía y el Juez Mario Teseyra parecen desvanecerse.

Es evidente que las autoridades se encuentran ante un panorama denso, poco preciso. En realidad es un cuadro que formaron en torno a no pocas impresiciones que sumadas a las que se venían sucediendo pasaron a ser un cúmulo de distorsiones que pone en
tela el juicio el accionar de policías inficaces que optan por un trabajo
instintivo, más que por un metodología sistemática y apropiada para estos casos.

Desde el principio el Juez dejó entrever que no todos somos iguales ante la ley como lo marca los derechos constitucionales, ya que algunas situaciones requieren más preocupación que otras, sería bueno que el magistrado trabaje denodadamente en todos los cuestiones que trata como funcionario de la justicia, esa subjetividad es
peligrosa a la hora de analizar con cabeza fría los elementos en cuestión, pues se pensará en agradar en alguien antes que dar con datos fieles.

La realidad no se hizo esperar: el viernes 27 de marzo, se supo a través del abogado de las familias, Luis Corbalán, que el arma que encontraron no es la que usó el sujeto que asesinó a Daldós, de acuerdo al resultado de las pericias.

Con esa información el principal argumento se cae, más aún cuando el ex Jefe de la Unidad Regional dijo que los individuos, (que están sospechados de la culpabilidad del crimen), fueron detenidos al día siguiente del asesinato y se los dejó en libertad, porque “… para incriminar a una persona en un homicidio, tenemos que tener
pruebas contundentes, pruebas que demuestren claramente que esas personas son las responsables, si yo no tengo el arma, a la cual se le hará la pericia balística que determinará concretamente o no, si esa arma ha sido utilizada en ese hecho, de nada sirve que tenga detenido a una persona, ya que si se lo indaga se puede negar a
declarar (sic)…”

Con la única prueba que podía incriminar a los sospechosos, la justicia se encuentra ante una enorme fluctuación después de las declaraciones que hicieran ante la prensa tanto el Jefe de la Regional como el Juez de turno.

Parece ser que el magistrado piensa que tiene a los autores del crimen. pero que aún la suerte no lo puso ante la verdadera arma que disparó contra Daldós, de tal modo seguirá esperando que esa suerte de a luz en cualquier momento de cualquier año para procesar a los inculpados.

Mario Paz en conferencia de prensa dijo que tenía el noventa por ciento de certeza de que estaba ante el asesino y los encubridores, si esto era así, cabe preguntarse porqué no tienen la pruebas para comenzar el proceso a casi tres meses de las detenciones.

Sin precedentes

Cuando se produjo el 18 de diciembre de 2007, a las 20:00 horas, la detención ilegal y arbitraria de la persona que distribuía el semanario La Nueva Reseña, y por más de 48 horas, se lo tuvo incomunicado.

Cuando ese mismo día junto al muchacho Díaz se secuestró la Edición Nº 125 que publicaba una nota con el título “Crimen del Remisero: LO MATARON A SANGRE FRÍA Y EL ASESINO AÚN NO APARECE”.

Cuando el Juez Teseyra libró, el 20 de diciembre, la orden para allanar la casa del director de este semanario, a instancias del personal civil de la Comisaría 31 al mando del oficial Walter Mamaní, violando todo derecho del trabajador de prensa en arrojo propio de los tiempos de facto donde en Rosario de la Frontera y en muchos lugares de la provincia de Salta no existen precedentes.

Cuando el allanamiento se produjo luego de las 21 horas, la orden precisa era hasta la puesta del sol. Cuando el Juez Teseyra, dio otra orden de allanamiento para que la policía pudiera irrumpir en la casa de la hermana del director de este semanario sólo para llevarse fotos familiares.

Cuando personal de civil se precipitó en horas de la noche en la casa de la madre del director a revisar las computadoras para ver sólo fotos de familia.

Se cree que se está ante un tremendo entramado que involucra a ciertos policías y funcionarios de la justicia que tienen la intención de silenciar o inhibir a todos aquéllos que tratan el caso Daldós.

La violación realizada hacia el trabajo de prensa es inédita. La Declaración de Principios sobre la Libertad de Expresión, aprobada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en octubre del 2000, dice en su artículo 8: “Todo comunicador social tiene derecho a la reserva de sus fuentes de información, apuntes y archivos personales y profesionales”.

Este principio establece el derecho de todo comunicador social a negarse a revelar las fuentes de información como así también el producto de sus investigaciones a entidades privadas, terceros, autoridades públicas o judiciales. Se considera que el secreto profesional es el derecho del comunicador social de no revelar información y documentación que ha recibido en confianza o como parte de su labor de investigación. Por su lado la Declaración de Chapultepec, adoptada por la Conferencia Hemisférica sobre la Libertad de Expresión (Argentina está adherida) y celebrada en México Distrito
Federal el 11 de marzo de 1994, dice en su artículo 5: “La censura previa, las restricciones a la circulación de los medios o a la divulgación de sus mensajes, la imposición arbitraria de información, la creación de obstáculos al libre flujo informativo y las limitaciones al libre ejercicio y movilización de los periodistas, se oponen directamente a la libertad de prensa”

Cabe preguntarse entonces, qué llevó al Juez cometer semejante atropello, violar derechos humanos y acometer sin razón con este semanario que intentaba apenas tratar un caso el cual a simple vista no guardaba otra particularidad.

El interés de Mario Paz

En la conferencia de prensa el Jefe de la Unidad Regional, Mario Paz, en la última parte de su alocución agradeció a medios periodísticos, sin embargo cuando se refirió a que medios mal intencionados distorsionan la información, lo dijo en clara alusión a este semanario, ya que miró en ese instante al director, dando claras muestras a quien aludía.

Este semanario no atenderá a la provocación de ese funcionario, sólo se dirá que el Comisario Mario Paz nunca dio verdaderas muestras de estar abocado a investigar muertes dudosas o asesinatos misteriosos.

Si bien Paz pudo volver luego, según se dice, de su buen desempeño en el caso Torrico, lo habría hecho por imposición del Secretario de Seguridad ante el desencanto de sus superiores, cuestión que afloró a la hora del ascenso que no logró.

Se recuerda que Paz fue licenciado después de la represión docente del 1 de abril, de la causa que lo enfrentó al director del semanario El Vocero de la ciudad de Metán, de tres muertes que nunca se aclararon, pero sobre todos por algunos informes confidenciales que habría elaborado cierta policía que lo investigaba y cuyos resultados llegarían a manos de sus inmediatos superiores, (www.saltalibre.org, Mario Paz: “Yo no estoy al mando de una policía golpeadora”).

Ante las circunstancias El Comisario Mario Armando Paz necesitaba un trampolín para su ascenso por eso se estima que probablemente haya usado las detenciones de los que hasta ese momento hizo parecer como los verdaderos culpables del crimen.

Misterioso Accidente

Se sabe que hace un tiempo atrás, Paz sufrió un accidente de tránsito en jurisdicción del Departamento de Güemes, al hecho no se dio demasiada trascendencia en los medios, pero se sabe que ocurrió el viernes 16 de marzo en horas de la tarde cuando conducía un auto Peugeot color rojo (cedido por el Juzgado), mientras se
dirigía a la ciudad de Salta.

Una camioneta habría colisionado en la parte posterior del auto dañándolo en su totalidad, y a juzgar por el estado del vehículo el accidente podría haber tenido un desenlace fatal. Paz sufrió traumatismo de tórax, fractura de clavícula y brazo derecho. Se sabe que permanece internado en una clínica de la ciudad de Salta y evoluciona favorablemente.

El funcionario fue reemplazado por el Comisario Principal Víctor Nelson López, y se considera que no regresará a la Regional porque sus superiores estarían estudiando la posibilidad de otorgarle licencia definitiva.

En cuanto al suceso no faltaron los rumores que indicarían que el accidente del ex Jefe de la Unidad Regional estaría ligado a su intervención en la captura de Torrico.

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Diario de la criminalización de la protesta social en Salta - Marco Diaz Muñoz

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