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Conflicto del Instituto San Alfonso: Carta de una madre

El pasado día 6 de diciembre, los alumnos que egresan del Instituto San Alfonso festejaron su último día de clases. Comenzaron la algarabía dentro del Colegio, pero las autoridades les indicaron que salieran de él aunque todavía no era la hora de salida. Continuaron los festejos en la esquina de 25 de Mayo y Rivadavia cantando, saltando y entorpeciendo parcialmente el tráfico. Durante unos minutos lo cortaron sentándose todos en la calzada. Encendieron también varias bengalas de humo y luego marcharon por una de las calles. Hay un video filmado por una de las chicas que muestra el entusiasmo de los chicos sin que ocurra nada condenable –había un policía cerca-; todos recuerdan que los festejos del año pasado fueron más cuestionables.

19 de diciembre de 2007| copenoa |

Al parecer, las autoridades del Colegio leyeron en los blogs de los estudiantes algunos comentarios ofensivos hacia sus personas, y el propósito de uno de los chicos de ocasionar alboroto en la fiesta de cierre del año. Las autoridades entonces enviaron a todos los alumnos una notificación de la decisión irrevocable de no celebrar la Misa de fin de curso y la ceremonia de colación de grados.

Los padres nos movilizamos; primero, para pedir explicaciones. Por una parte, nos dijeron que la medida era preventiva, para que no ocurriera un Cromagnon en la colación. Por otro, que era una sanción. El hecho es que los actos se hacen en un patio techado con un tinglado que no tiene ningún material combustible, y que está abierto por todos lados. Y si se trata de una sanción, ¿qué se castiga? No hay cargos. Lo más claro parecía el temor de la rectora. Se estaba aplicando una sanción preventiva. Después de Irak, ésta es una categoría de la realidad.

Los padres recurrimos al Ministerio de Educación y al de Derechos Humanos. Fuimos muy bien atendidos en ambos, pero las autoridades –recién llegadas, además- no tenían poder de intervención; hicieron lo que estaba institucionalmente a su alcance. Mientras, ningún profesor, ni los que tenían ya la tarjeta, acompañó a los egresados en su cena el sábado 8. El viernes 14, en la colación de grados de EGB 2, los egresados que se habían reunido en la puerta del Colegio fueron invitados a entrar y participar de la fiesta por parte de la directora de ese nivel; recibieron muchas muestras de afecto de los otros alumnos. El problema había trascendido ya a los medios locales y nacionales.

Hoy, martes 18, nos llegó la invitación para la Misa y clausura del año del Nivel Polimodal del Colegio, para el jueves 20. No se habla de la colación de grados. Los padres estamos concertando hacer el acto académico fuera del Colegio, entregando a nuestros hijos los certificados que cada uno recoja por administración. Es posible que también los acompañemos en la Misa.

A nuestro criterio, lo que en los primeros días parecía una medida excesiva pero estaba apoyada por la mayoría de los docentes, se convirtió luego en un grave error puesto que pone al Colegio en riesgo de ser sancionado por el Ministerio de Educación –una sanción económica puede llegar a afectar el subsidio que recibe-, y la presencia en los medios no favorece la imagen de una institución ciertamente prestigiosa. Pero desde el jueves pasado –cuando debía haber tenido lugar la colación de grados-, haber sostenido la medida contra toda racionalidad, ignorando la mediación de los organismos estatales, eludiendo el diálogo, tensando la cuerda de las relaciones con las familias al máximo, y habiendo perdido la adhesión de muchos profesores, la falta de argumentos ha colocado a las autoridades del Colegio en el ridículo.

Y del ridículo sólo se puede salir con la renuncia de los responsables, o con un acto sincero de pedido de perdón. El perdón tiene contenido moral, que es lo que más valoramos cuando enviamos a nuestros hijos a un colegio religioso; la renuncia no: es simplemente una salida elegante para quien se responsabiliza de un fracaso.

Los padres no estamos crispados ni alimentamos deseos de venganza. Sólo queremos que nuestros hijos se despidan dignamente de la institución que los educó, a algunos de ellos durante catorce años. Ninguno dejaría a un hijo irse de casa enemistado; ¿por qué lo hace el Colegio de esa forma tan insensata? Para muchos, la sanción fue el equivalente de una expulsión masiva hecha sin motivo suficiente, sin apoyo en el Reglamento, sin equilibrio, sin humanidad. Todos estamos acompañando a nuestros hijos para que superen este golpe, más unidos y solidarios que nunca. Algunos consideran entablar después acciones legales.

En lo que estamos de acuerdo es en que debíamos haber estado organizados como asociación de padres y haber tenido una voz representativa respaldada por esa institución, como era antes. La retracción de la participación –generalizada en todos los ámbitos sociales- ha tenido esta vez un costo significativo. Así que los padres que todavía tienen hijos en el Colegio, y los que los tendrán, y los padres de alumnos de otros colegios, deberían recoger este mensaje: organizarse para estar cerca del Colegio, tener un canal institucional de diálogo, cooperar en lo necesario y defender a nuestros hijos cuando haga falta.

El tiempo vuela; algunos chicos están viajando ya a sus futuras universidades; el año se acaba. Pero todavía se pueden abrir las puertas, las materiales y las del corazón, para dar a este caso una solución acorde con los valores que concertamos con el Colegio, racional, sensible y respetuosa de todas las personas implicadas. Todavía lo esperamos y sabremos agradecerla.

Que este tiempo de Adviento nos permita preparar una Navidad auténticamente impregnada de espíritu de fraternidad.

Lucía Solís de Caro Figueroa

1 Mensaje

  • Conflicto del Instituto San Alfonso: Carta de una madre 19 de diciembre de 2007 20:44, por Luis Medina

    Hay cosas más importantes que el enojo de los cholos...
    Si los chicos hubiesen sido de una escuela o colegio de la periferia le darían la razón a las autoridades.
    Nadie recuerda el episodio ocurrido en el colegio de Entre Ríos y Maipú, donde los alumnos fueron privados de su egreso por actuar como mujeres en una fiesta de la primavera (era una parodia)...
    Lamentablemente loshijos de los ricos tienen "otros" derechos.

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