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Crisis ambiental. Alarmantes récords climáticos de 2024: el último informe de la Organización Meteorológica Mundial

Los indicadores climáticos superaron varios récords preocupantes y hubo fenómenos meteorológicos y climáticos extremos que provocaron el mayor número de desplazamiento en los últimos 16 años. Estos eventos, cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, están afectando de manera directa a las comunidades, los ecosistemas y las economías en todo el mundo.

20 de marzo

El último informe elaborado por la Organización Meteorológica Mundial (OMM) expone todos los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos a nivel global en 2024. Estos eventos, cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, están afectando de manera directa a las comunidades, los ecosistemas y las economías en todo el mundo.

Desde inundaciones devastadoras hasta olas de calor sin precedentes, el informe subraya la necesidad urgente de adoptar medidas concretas y coordinadas para mitigar los impactos de estas crisis climáticas. En Argentina, donde sequías, lluvias extremas e incendios han afectado gravemente a las poblaciones más vulnerables, resulta especialmente relevante considerar la evidencia científica. Sin embargo, es esencial abordar esta lectura de manera crítica, analizando las políticas a implementar no solo para reducir los efectos de las catástrofes, sino también para transformar el sistema productivo que las origina.

Los récords del cambio climático

El año 2024 marcó un punto crítico con récords históricos en varios indicadores climáticos, y algunas de sus consecuencias podrían ser irreversibles durante siglos o incluso milenios, expresa el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

Por primera vez, la temperatura media global superó en más de 1,5 °C los niveles preindustriales, alcanzando un promedio de 1,55 ± 0,13 °C por encima del período de referencia de 1850-1900. Este dato convierte a 2024 en el año más cálido desde que se iniciaron los registros hace 175 años. Sin embargo, el informe señala que el calentamiento global promedio a largo plazo se mantiene por debajo de 1,5 °C, calculado a través de diversos métodos científicos, se sitúa actualmente en un rango entre 1,34 y 1,41 °C por encima de los niveles preindustriales. Otros factores climáticos y estacionales como el evento oceánico de El Niño (que tiene efecto de calentamiento en la atmósfera) es lo que explica el aumento de las temperaturas globales mayor a 1,5°C en 2024. De todas maneras, cada incremento de la temperatura global, por mínimo que sea, tiene repercusiones significativas, aumentando los riesgos que enfrentan las sociedades.

Otros indicadores, como el aumento del nivel del mar y el calentamiento de los océanos, ya están en un punto de no retorno. El informe evidencia que:

la concentración atmosférica de dióxido de carbono (CO2) ha alcanzado los niveles más altos de los últimos 800 000 años;
a escala mundial, cada uno de los últimos diez años ha sido uno de los diez años más cálidos jamás registrados;
el contenido calorífico de los océanos ha marcado un nuevo máximo histórico en cada uno de los últimos ocho años;
las 18 extensiones del hielo marino ártico más bajas de las que se tiene constancia se han producido en los últimos 18 años;
las tres extensiones del hielo antártico más reducidas han tenido lugar en los últimos tres años;
la mayor pérdida trienal de masa glaciar jamás registrada corresponde a los tres últimos años;
el ritmo de aumento del nivel del mar se ha duplicado desde que comenzaron a realizarse mediciones satelitales.

De acuerdo con el Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, "las señales de socorro de nuestro planeta se multiplican, pero en este informe se demuestra que aún es posible limitar el aumento de la temperatura mundial a largo plazo a 1,5 grados Celsius". El optimismo parece desmedido pero se entiende mejor al ver el papel que viene jugando la ONU en el lavado de cara "verde" del capitalismo frente a un mundo que se sobrecalienta y en el que ningún país cumplen con las propias metas que definen en las Cumbres Climáticas. El propio límite de 1,5°C elegido como umbral a no superar en el Acuerdo de París se debe a una mera especulación económica, ya que es el límite en que se infiere que el capitalismo puede seguir funcionando como hasta ahora. La ONU nunca se sale de los estrechos márgenes capitalistas a la hora de plantear medidas contra la crisis climática. Por eso, Guterres declara que "los líderes deben dar un paso adelante para lograrlo por conducto de los nuevos planes nacionales de acción climática que deben presentarse este año, aprovechando para ello los beneficios que las energías renovables limpias y baratas reportan a sus pueblos y economías".

Un balance un poco más serio de lo actuado hasta acá no deja lugar a dudar: los líderes están fallando, y no solo por los negacionistas del cambio climático. El capitalismo verde buscar hacer nuevos negocios a partir de las catástrofes naturales aunque eso le genere contradicciones inherentes al sistema como las consecuencias económicas que generan los fenómenos extremos. Lo que nunca se pone en cuestión es el propio sistema económico y social que provoca la crisis climática, al contrario, el sistema debe seguir haciendo negocios y ganancias. No es la humanidad en su conjunto la responsable del cambio climático, lo que debemos transformar es el sistema productivo que hoy privilegia la ganancia privada por sobre las necesidades sociales. Si fuera la clase trabajadora junto a las comunidades la que planificara la producción, se podría transformar de raíz el sistema energético, la matriz fósil y extractivista que nos contamina y nos lleva a catástrofes recurrentes. Este sistema de producción es el que provoca la emisión de gases de efecto invernadero y la deforestación que llevan al cambio climático. Otra forma de organización social pensada desde y para los productores, entendidos como las grandes mayorías sociales tendría como principal motor el bienestar social y general que permitiría el pleno desarrollo de las necesidades de cada individuo.

Las consecuencias de la crisis climática y sus responsables

En el año 2024, los desastres naturales como ciclones tropicales, inundaciones, sequías y otros eventos extremos provocaron el mayor número de desplazamientos en los últimos 16 años. Estos fenómenos no solo desplazaron a miles de personas, sino que también agravaron las desigualdades sociales previas y generaron pérdidas económicas significativas a nivel global. De todo este combo, lo que más le preocupa al capitalismo es el funcionamiento económico. La industria y actividades extractivistas no pueden funcionar con normalidad en ciudades desvastadas. De ahí que se haga hincapié en la "resiliencia". La Secretaria General de la OMM, Celeste Saulo, declaró que: "En respuesta, la OMM y la comunidad mundial redoblan esfuerzos a fin de potenciar los sistemas de alerta temprana y los servicios climáticos y, así, favorecer la resiliencia de las instancias decisorias y la sociedad en general ante los fenómenos meteorológicos y climáticos extremos. Aunque se están logrando progresos en ese sentido, tenemos que hacer más y hacerlo más rápido. Solo la mitad de los países dispone de sistemas adecuados de alerta temprana, y eso debe cambiar".

La propuesta es invertir en servicios meteorológicos, hidrológicos y climáticos como una herramienta clave para enfrentar estos desafíos y construir comunidades más seguras. Sin embargo, si miramos el ejemplo argentino, no solo no se está invirtiendo en preparar a las ciudades frente a las nuevas y cada vez más frecuentes catástrofes sino que se están desmantelando los organismos estatales que se encargan de estas tareas. El capitalismo crecientemente financiarizado necesita mayor rentabilidad y a corto plazo, no pretende ni puede planificar una urbanización que atienda las necesidades de las mayorías. Paradójicamente, el mejor sistema productivo de la historia, con IA, satélites, casas inteligentes, viajes al espacio y tecnología de punta para extraer minerales, no puede evitar inundarse frente a una lluvia extrema, apagar incendios o socorrer a la población que sufre las olas de calor.

Cuando pasan estos fenómenos lo primero que dicen los gobiernos es que "es algo inédito y natural", los mismos gobiernos que promueven los negocios capitalistas como la explotación de combustibles fósiles, la deforestación para el agronegocio, la megaminería, entre otros. Se puede y se deben tomar medidas contra la crisis climática, para ello se debe afectar las ganancias extraordinarias de los grandes empresarios. (LID)) Por Lihuen Eugenia Antonelli

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