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Crisis y despidos: ¿qué pasa en la industria metalúrgica?

En el primer trimestre del año la producción cayó 13,1 %. Menos exportaciones, más importaciones y un 2,5 % de empleos perdidos. Mientras tanto los empresarios hacen acuerdos “de palabra”.

14 de mayo de 2016| Salvador Soler |

La industria metalúrgica argentina en estos momentos atraviesa un golpe muy importante ligado a la baja en la construcción y la depresión petrolera a nivel mundial, además de la recesión en Europa y la amenaza latente de la llegada masiva de acero de China, país famoso por sus maniobras de dumping.

Corazón de la producción industrial

El sector metalúrgico está compuesto por pequeñas y medianas empresas de capital nacional. Se dedican a abastecer el 40 % del mercado interno, cuyos insumos mayoritariamente provienen de multinacionales extranjeras.

La metalurgia es el corazón de la producción industrial por su articulación con los demás rubros del sector, el alto contenido tecnológico que requiere para ser eficiente y la enorme cadena de valor agregado que germina en sus ramificaciones.

Un informe de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) grafica lo que ocurre en este sector, que es de los más golpeados de la economía en los últimos tiempos.

Según el Boletín de Actualidad que publica esa cámara empresaria, en el primer trimestre de 2016 “la producción metalúrgica se contrajo -13,1% interanual”, luego de un 2015 “que no presentó cambios en el nivel de actividad en relación con el año anterior”.

“En los primeros tres meses del año el nivel de utilización de la capacidad instalada (UCI) se ubicó en torno al 50,3 %, manifestando una baja interanual del -16,3 %”, agrega el trabajo publicado en los últimos días.

Afirma el boletín que “alrededor del 40 % de las empresas metalúrgicas sufrió una caída de su facturación”. Y menciona al pasar que “el empleo en la actividad se redujo un 2,5 % entre diciembre y marzo” y que “el 40 % de los empresarios del sector prevén una caída en su producción en el futuro inmediato”; lo que se traduce, sin pelos en la lengua, en un aumento de los despidos.

Las perspectivas son cada vez peores, porque “continúa verificándose una reducción en el volumen de comercio, ya que en el primer trimestre de 2016 las exportaciones metalúrgicas (u$s 550 millones) disminuyeron -23,7 % interanual, mientras que las importaciones (u$s 5.416 millones) aumentaron 2,0 %. De esta forma, el sector acumula en el año un déficit comercial de u$s 4.865 millones, un 6,1 % más alto que en el mismo período de 2015”.

Despidos masivos en las metalúrgicas

Esta situación está atravesada por el debate nacional sobre la Ley Antidespidos, que pasó con media sanción de Senadores a la Cámara de Diputados y aún no se logró obtener quórum para la votación.

Mientras Cambiemos continúa con sus maniobras para evitar que se vote, 11.000 son los obreros metalúrgicos que ya quedaron en la calle.

Entre ellos están los trabajadores de Eitar que, para conservar sus puestos, tomaron la fábrica el jueves. Y hay una gran cantidad de empresas en las mismas condiciones. Como SIAT-Tenaris de Lanús.

El gobierno de Mauricio Macri, como si hubiera sacado un as de debajo de la manga, logró la firma del texto “Estabilidad Ocupacional”. En ella participaron, entre otros, grandes patronales como Techint, Arcor, Fiat, Irsa, AGD, el Banco Francés y varias cámaras empresarias.

Ese “acuerdo” apela a la insólita “buena voluntad” de los conocidos paladines de la explotación para no reducir su nómina laboral por 90 días, la mitad de lo que establece el proyecto de ley de emergencia ocupacional que quiere frenar el gobierno o bien amenaza con vetar si se convierte en ley.

“Ante el momento de cambio positivo que está viviendo la Argentina y de transición económica que genera dificultades de corto plazo, nosotros como empresarios, queremos comprometernos”, dicen en ese documento que, leído seriamente, convoca a la risa a todos los trabajadores.

Hay que organizarse

Durante los años 90 la industria metalúrgica había descendido a mínimos históricos.

Con los años kirchneristas y de “vacas gordas” hubo un importante repunte acompañado de la revalorización de las materias primas (el acero y el hierro entre otros) con una recuperación importante de los puestos de trabajo. Hoy el camino parece ser el inverso.

Guillermo Bentancourt, delegado de Siderca Campana expulsado en 2009 de la UOM por la burocracia sindical, dijo a La Izquierda Diario que “la situación de las metalúrgicas no cayó de cielo. A la salida del 2001 el sector empresario se subió al relato de modelo nacional y popular y el capitalismo de amigos, como así también el sindicato, la UOM recuperó cientos de afiliados sobre la generación de puestos de trabajo superprecarizados golpeándose el pecho diciendo la UOM está donde tiene que estar”.

“Ese seguidismo al kirchnerismo transformó a la UOM en el gremio que en doce años de paritarias solo consiguió deteriorar el poder adquisitivo del salario de los trabajadores, llegando a que hoy el promedio salarial de sus 240.000 afiliados esté en $ 10.000, con mucho viento a favor. Los aspectos noventistas que el kirchnerismo no solo no atacó sino que mantuvo y profundizó con el aval de la UOM que tienen el récord de convocar a planes de luchas y paros que nunca llevó adelante, son los pilares desde donde se ubicó el macrismo para llegar al poder del Estado, para desde ahí desplegar un verdadero plan patronal hasta el final”, agregó Bentancourt.

Por eso más que nunca es necesario organizarse desde las fábricas para evitar más despidos y lograr la reincorporación de los trabajadores que ya fueron despedidos en todo este tiempo. Y si hay empresas que despiden o cierran, entonces que se expropien y pasen a ser gestionadas directamente por sus trabajadores.

La lucha obrera también debe tener como bandera estratégica lograr el monopolio del comercio exterior, para que se pueda planificar qué se importa y qué se exporta de acuerdo a las necesidades del país.

Los trabajadores metalúrgicos, sumados a los miles de trabajadores que están saliendo a la lucha y a los estudiantes universitarios, secundarios y docentes que pelean por la educación pública, deben aunar esfuerzos para dar una pelea común contra un gobierno que vino a intentar destruir varias de las conquistas históricas del pueblo trabajador.

Por estos días se vio la importante lucha de los petroleros que, junto a otros gremios, se están plantando contra el ajuste en Comodoro Rivadavia. Y desde hace meses se desarrolla la lucha de los trabajadores en Tierra del Fuego, donde los obreros de las metalúrgicas están diciendo “presente”. Los metalúrgicos de todo el país, entonces, no pueden estar por fuera de estas luchas.

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