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De Menem a Alberto, ¿por qué no se discute la miseria de las jubilaciones?

Desde hace décadas las jubilaciones se transformaron en una variable de ajuste, a la que recurren distintos gobiernos, sean peronistas, radicales o sus variantes de coalición. Para meter la mano en los recursos del gasto previsional no hay grieta.

22 de diciembre de 2020

A pocos días de consumarse un nuevo robo sobre los jubilados y jubiladas impulsado por Alberto Fernández, con el cambio en el cálculo de la movilidad que según estimaciones de la consultora Ecolatina le permitiría al Estado un ajuste del orden del 1 % del Producto Bruto Interno (PBI) en el año 2021 o $400.000 millones. El Frente de Izquierda es la única fuerza política que realizará un acto para rechazar estas medidas de ajuste brutal.

A continuación repasamos las principales modificaciones y cambiaos previsionales aplicados desde el menemismo hasta la actualidad.

*Menemismo privatizador: la avanzada del plan neoliberal en los 90’ incluyó la instauración del sistema de capitalización para jubilaciones y pensiones, dando vía libre al lucro de las aseguradoras privadas con los aportes de los trabajadores.

Además de la llegada de las AFJP, Cavallo benefició a las patronales con una rebaja de las contribuciones patronales que en 1994 eran del 33%. Esta medida que desfinancia el sistema de reparto, no fue cuestionada por ninguno de los gobiernos que continuaron. Cavallo sostuvo que con esta rebaja en la presión fiscal, se buscaba impulsar el empleo. Nada de eso sucedió, mientras las patronales se beneficiaban y las AFJP apostaban los aportes de los jubilados en la timba financiera, con la crisis de 2001 quedó expuesto que la desocupación alcanzó los niveles récord.
Durante el régimen de Convertibilidad ($1 igual a un USD1) no había indexación de haberes ni de salarios. Los niveles de las jubilaciones eran bajísimo, las históricas movilizaciones de los días miércoles son muestra de ello.

Al calor de la crisis de deuda y el deterioro social, bajo el Gobierno de la Alianza los haberes jubilatorios siguieron sufriendo duros recortes. Mientras las leyes de flexibilización laboral menemista aumentaban el empleo informal, sin aportes, y el desempleo aumentaba. En julio de 2001 por decreto se anunciaba un recorte de 13% a quienes cobren haberes por superiores a $ 564: “el recorte en los haberes previsionales afectará a 533.401 jubilados, que representan al 16% del total de la clase pasiva del país. Así lo establece el decreto 926 que dio a conocer ayer el Gobierno, y que prevé un ahorro de 68,6 millones de pesos sólo en este sector”, sostenía una nota del diario La Nación.

*El fin de las AFJP y la movilidad previsional: en 2008 bajo el kirchnerismo se reestatizaron los fondos de jubilaciones y pensiones. Lo que muchos festejaron como una medida que ponía fin al negociado de las aseguradoras privadas, escondía otros motivos. Uno de ellos, la necesidad de hacerse de fondos que tenía el Gobierno, en el medio de los coletazos de la crisis financiera internacional de 2008. El Estado pasaba a disponer de casi 24.000 millones de dólares que estaban en manos de las AFJP, y que el kirchnerismo necesitaba principalmente para hacer frente a vencimientos de deuda por una suma similar.

Por el lado de los haberes, se estableció en 2008 por Ley 26.417 la movilidad jubilatoria, una fórmula de actualización automática. La misma definía dos incrementos al año (marzo y septiembre), tanto de las jubilaciones como de las pensiones, las asignaciones familiares, las asignaciones por hijo (AUH).

La movilidad reconocía un problema estructural, que ante la suba de precios los haberes perdían poder de compra, pero aun así esta actualización resultó totalmente insuficiente para mejorar los ingresos jubilatorios. Menos aún se logró recuperar parte de lo perdido desde la devaluación de 2002, que hundió un 30 % el poder de compra de los salarios, afectando también los haberes por el encarecimiento del costo de vida.

Algo no menor, es que bajo los gobiernos kirchneristas la ANSES abrió moratorias previsionales que permitieron la incorporación de 3 millones de personas que no contaban con aportes suficientes, en su mayoría mujeres. Accedieron a la jubilación mínima, que hoy alcanza a cerca del 63% de las jubilaciones y pensiones, achatando la pirámide previsional. Al mismo tiempo, se vetó el proyecto de 82 % móvil, desconociendo una demanda histórica de los jubilados. El motivo no sorprende, argumentan que la no había fondos suficientes.

Nueva movilidad: fue un robo con Macri y con Alberto también

Hace 3 años atrás, en diciembre de 2017, el macrismo aplicaba un cambio en la fórmula de movilidad con la que pretendían “ahorrarse” hasta $100.000 millones. Las masivas movilizaciones contra tal ajuste expresaban la bronca en las calles de quienes se solidarizaban con los jubilados y jubiladas.

Al asumir Alberto Fernández, suspendió la movilidad vigente y otorgó aumentos por decreto. El resultado fue que a diferencia de sus promesas de campaña electoral, entre los jubilados y los bancos, no eligió a los jubilados. Mientras la banca ganó aun en plena pandemia $450 millones de pesos por día, el Gobierno se ahorró $100.000 millones aumentando menos las jubilaciones. ¿Por qué lo hizo? Sencillamente para pagar menos, por primera vez las subas iban a ser acordes con la inflación. Las subas totales de este año debían ser de un 42,1%, pero los aumentos por decreto fueron en suma de entre 24% hasta 35,1%. Todas las categorías perdieron frente a la suba del nivel general de precios estimado en 37%.

Hagamos un cálculo: si las jubilaciones mínimas tuvieran que recuperar el poder adquisitivo que tenían a comienzos del macrismo, hoy rondarían los 24 mil pesos. Es decir, en estos últimos cinco años perdieron mes a mes una suma de 215 mil pesos. Un robo.

¿Por qué no se discute la miseria de los jubilados?

Para el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino, en los últimos 3 años los haberes perdieron en promedio un 40 % del poder adquisitivo de su haber. Las jubilaciones siguen siendo de miseria y eso parece no sacarle el sueño a ningún Gobierno. Actualmente la mínima que alcanza al 63 % de las jubilaciones es apenas un tercio de la Canasta del Jubilado que se acerca a $50.000, es decir, que no llegaban a fin de mes, no podían garantizarse comprar los alimentos necesarios o medicamentos, o pagar el alquiler.

Pero el deterioro en el poder de compra de los haberes es permanente. Ya en 2011 las jubilaciones mínimas cubrían el 60% de las necesidades mínimas de un jubilado. En diciembre de 2015, con una fórmula similar a la que propone el Gobierno, solo llegaban al 50% de lo que necesitaban mensualmente. Es decir, cambian las fórmulas, pero los haberes son insuficientes para garantizar una vida digna.
Las jubilaciones siguen manteniendo una baja capacidad adquisitiva, aún más baja que la fines de los `90.

Ante cada ajuste, unos y otros dicen que no hay recursos, pero al mismo tiempo avanzan en desfinanciar el sistema con el FGS, utilizado para financiar el déficit público, financiando de manera indirecta con los recursos de los jubilados los vencimientos de la deuda pública, en desmedro de mejorar sus haberes. Tampoco se revirtió la reducción menemista de las contribuciones patronales.

La herencia neoliberal que aumenta el empleo informal y precario, afectando en mayor medida a jóvenes y a las mujeres, anticipan un problema que no puede esquivarse. Según datos de Dirección Nacional de Economía, Igualdad y Género, del Ministerio de Economía solo el 53,4% de las mujeres en edad próxima a la jubilación, realizó aportes. Y solo el 10,7% del total de mujeres de entre 55 y 59 años superan los 20 años de aportes y podrían efectivamente jubilarse.

“Los funcionarios llaman un gasto social a las jubilaciones y pensiones porque no tienen en cuenta que es un derecho de los trabajadores que aportamos 30 o 40 años de nuestras vidas y hoy somos estafados por el Estado”, denunciaba Semino en una entrevista a La Nación+.

¡Con los jubilados y jubiladas, NO! El Frente de Izquierda propone sobre la base del no pago de la deuda con el FMI, una salida para evitar el constante saqueo de las jubilaciones:

* Recomposición Inmediata de los ingresos perdidos durante el gobierno de Macri y el primer año del Frente de Todos.

*Que la jubilación sea igual al 82 % móvil del mejor salario en actividad para jubiladas/os y pensionadas/os. Actualmente para un trabajador en relación de dependencia que aportó toda su vida, la relación entre la jubilación y su salario es de un 60% promedio.

*La jubilación mínima no puede estar por debajo de la Canasta de los Jubilados, para cubrir el costo de vida de los adultos mayores.

*Para que los fondos alcancen hay que restituir las contribuciones patronales al 33 %, aplicar verdaderos impuestos progresivos a las grandes fortunas y el no pago de la fraudulenta deuda externa. (LID) Por Guadalupe Bravo

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