El FMI apoyó el programa de ajuste del Gobierno

Un comunicado del organismo, emitido luego de la auditoría en el país, felicita el ajuste fiscal y las medidas del gobierno de Macri consideradas como “muy necesarias”. Ninguna sorpresa en sus recetas económicas.

Concluyó la revisión de las cuentas nacionales llevada adelante desde hace dos semanas por una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Corresponde felicitar al gobierno por su claro compromiso para bajar la inflación a niveles de un dígito y reducir el déficit fiscal", señala el comunicado. Los economistas del FMI no dejan de señalar como la madre de todas las batallas al “problema fiscal” al señalar que es necesario reducirlo aunque en el "mediano plazo" y alienta a que "se incremente la eficiencia del gasto público". De concretarse esto dejará espacio a una "reducción muy necesaria de la carga tributaria, al tiempo que seguirían corrigiéndose los desequilibrios fiscales".

La gira de los enviados consistió en la revisión de las estadísticas públicas y encuentros con funcionarios del Gobierno, consultores económicos y cámaras empresarias. Los resultados se conocerán en noviembre, en donde se sabrá si se levanta la moción de censura que se aplicó sobre la Argentina, lo que significaría un apoyo esperado por el gobierno de Macri para su plan de atracción de capitales financieros al país. No obstante, algunos de los datos analizados por la misión serán reflejados este martes cuando se dé a conocer el Panorama Económico Mundial del FMI.

En el comunicado emitido por el Fondo, se destacó que "El nuevo gobierno puso en marcha una transición ambiciosa y muy necesaria hacia un marco mejor de política económica". No faltaron los elogios al conjunto de medidas de ajuste aplicadas por el gobierno desde el primer día de asunción el pasado 10 de diciembre. Acompañando el relato de la “pesada herencia” del gobierno kirchnerista, que sólo refleja los problemas en la caída de las rentabilidades y no de la herencia social hacia el pueblo trabajador, las críticas incluyeron un diagnóstico de "desequilibrios macroeconómicos generalizados, distorsiones microeconómicas y un marco institucional debilitado".

El enfoque económico del Fondo permanece invariante desde su misma creación: propender a la “eficiencia”, la “racionalidad”, recortar el consumo e impulsar el “ahorro”, para reducir la inflación y el déficit fiscal. El énfasis está puesto por el lado de la “oferta”, al tiempo que aconseja reducir la demanda. En otros términos, reducir el costo laboral e impositivo de los empresarios y garantizar un buen marco para los negocios capitalistas.

Metas que el gobierno, concuerda, son necesarias para poder continuar la política de endeudamiento externo iniciado en el gobierno de los Kirchner, pero además lograr reducir las altas tasas de interés que los mercados financieros le asignan a los créditos al país. El primero en iniciar este camino de retorno a los mercados fue Néstor Kirchner, quien en 2005 junto con Lavagna, canceló toda la deuda con el FMI. Luego de la misión del organismo en el año 2006, no volvieron a realizarse auditorias del país, lo que sin embargo no tiene un significante de ruptura de relaciones ni de renuncia a su tutela, en tanto el país siguió siendo miembro en espera de un levantamiento de sus “sanciones”.

De esta forma, el comunicado adelanta que: "Los niveles de consumo eran insosteniblemente elevados, la inversión se encontraba en niveles históricamente bajos y los profundos déficits fiscales se financiaban mediante la creación de dinero lo cual generó alto niveles de inflación. Entre las distorsiones microeconómicas se encontraban una extensa red de controles administrativos (por ejemplo, barreras comerciales, restricciones cambiarias y controles de precios) y un clima empresarial que erosionaba la competitividad y socavaba el crecimiento a mediano plazo".

Ante este complicado escenario el Fondo asevera que las autoridades pusieron en marcha "una transición ambiciosa y muy necesaria hacia un marco mejor de política económica". La visita le permitió a la misión concluir que "el avance logrado es importante".

Una a una, todas las medidas aplaudidas por el FMI

La lectura de las políticas económicas del macrismo es atravesada por la vara ineludible del (neo) liberalismo económico, como se ve a continuación:

• El tipo de cambio del peso ahora es determinado por el mercado y los controles cambiarios han sido eliminados.

• El aumento de las tarifas de los servicios públicos los ha acercado a los precios internacionales.

• El acuerdo con los acreedores ha hecho posible el regreso a los mercados internacionales de capital, tanto para el sector público como para el privado.

• Se han anunciado metas fiscales y objetivos de inflación de mediano plazo, así como la adopción de un esquema moderno de metas de inflación.

• Se está reconstruyendo la agencia estadística nacional, permitiendo la generación de datos fidedignos y de mejor calidad sobre la inflación, el comercio internacional, el mercado laboral y el producto.

Para matizar sus conclusiones y posicionarse como árbitros neutrales que apuntarían en realidad a mejorar las condiciones de vida de los sectores populares (expresando verdaderamente su precaución ante la posibilidad que surjan nuevos 2001 o incluso levantamientos más profundos de la clase trabajadora), el FMI no deja de señalar que "la corrección de los graves desequilibrios y distorsiones, si bien es necesaria para sentar las bases de un sólido crecimiento, inevitablemente produjo un impacto adverso en el corto plazo sobre la economía argentina", y advierten que las "medidas de las autoridades destinadas a restablecer un crecimiento sostenido y equitativo, impulsar la creación de empleos y proteger a los segmentos más vulnerables de la sociedad".

Indica al final del comunicado que para lograr un "crecimiento vigoroso, sostenido y equitativo requerirá la implementación de un ambicioso programa de reformas del lado de la oferta". Así dichas reformas "crearán un entorno más conducente a la inversión privada", lo que constituye la verdadera preocupación del FMI en el país, ajustando las condiciones de vida e ingresos de los trabajadores para elevar las ganancias de los grandes monopolios y reforzar los lazos dependientes con el imperialismo.