Fallecio el ex presidente Raúl Alfonsín

Hace casi 26 años él convoco a los argentinos a construir una democracia que albergara a todos, así se trataba de recuperar los valores perdidos, de darle un fuerte contenido a los derechos humanos y afianzar la dignidad perdida en años en los que el enfrentamiento y la violencia habían sepultado a la palabra.

Durante su gobierno tuvo a los militares con sus levantamientos armados y a pesar de saber que el pueblo iba a estar en las calles para defenderlo lucho por evitar que la sangre de los argentinos vuelva a derramarse.

Fue ejemplo en el mundo con el Juicio a las Juntas Militares, la CONADEP, la lucha por la seguridad, por la educación, por la salud de los argentinos. Así hace un año atrás nos dijo “La libertad ha sido uno de los grandes logros obtenidos a fines del siglo pasado, pero hoy, aunque sea duro reconocerlo, la libertad es un beneficio del que disfrutamos los que no tenemos hambre, los que podemos enviar a nuestros hijos a las escuelas y universidades, los que podemos dormir en una casa sin temor al frío o la lluvia. ¿Cómo formar ciudadanos democráticos cuando están sumidos en la desesperación? Es por eso que haber obtenido el derecho al libre sufragio y el respeto a la libertad de expresión no alcanza para tranquilizar nuestras conciencias personales. Tenemos pendiente una deuda, porque la miseria golpea a nuestra puerta y no podemos ser indiferentes a ella.”

Él nos enseño que la Democracia es el ejercicio de la libertad y de los derechos, pero también igualdad de oportunidades y distribución equitativa de la riqueza, porque por un lado tenemos una democracia real que nos permite elegir a nuestros gobernantes, opinar, debatir sin temor, pero es a la vez una Democracia incompleta y, por lo tanto, insatisfactoria: es una democracia que no ha cumplido aún con algunos de sus principios fundamentales, que no ha construido todavía un territorio sólido que incluya a los desamparados y excluidos. Y no ha podido, tampoco aún, a través del tiempo y de distintos gobiernos, construir puentes firmes que atraviesen la dramática fractura social provocada por la aplicación e imposición de modelos socioeconómicos insolidarios y políticas regresivas.

Él será siempre el padre de la DEMOCACIA el hombre que lucho toda su vida por ver una sociedad en la que todos los ciudadanos sean libres, y con el paso del tiempo fue reconocido y se destaco su dignidad, es uno de los mejores presidentes que nos supimos conseguir, porque nos oriento y abrió caminos, genero consensos, convoco al emprendimiento colectivo, a sumar inteligencias y voluntades, a asumir con responsabilidad la carga de las decisiones.

Y así nos dijo “Sigan a ideas, no sigan a hombres”, porque, los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática.

Doctor Alfonsín, seguramente hoy estará reunido con otros grandes hombres y mujeres que lucharon por la causa radical que es la causa nacional y popular y desde allí con sus boinas blancas guiaran y ayudarán para que nuestra sociedad recupere sus valores y conquiste definitivamente su libertad, su justicia, su igualdad.

Sus ideas siguen en pie y serán la llama de nuestra antorcha que llevaremos por siempre iluminando los caminos de la política.
Por siempre será nuestra guía, nuestra luz, nuestro ejemplo, y hoy el pueblo radical, el pueblo argentino, y el mundo todo lloran su partida.