Circula en estos días un correo que muestra a la señora Cristina Fernández de Kirchner, bajando del avión junto al presidente argentino, portando con total displicencia una cartera asida de su mano derecha, el modelo en cuestión es (comentan)una exclusiva BIRKIN BAG DE HERMÉS, cuyo precio alcanza la cifra de 39 mil dólares, o 30 mil euros, o 120 mil pesos argentinos.
(ta equivocao mano, fijate en Mercado Libre, cuesta $300.000 pesos de los nuestros)
Voy de nuevo: la Primera Dama llevaba en su indumentaria una cartera que alcanza la no despreciable suma de casi mil Planes Trabajar.
O si tomamos en cuenta lo que gana un docente de Santa Cruz, Neuquén o San Luis, estos, deberían pasar 20 (veinte) años acumulando el total de lo que perciben mensualmente para poder acceder a esa cartera. ¿Más ejemplos? : uno más para no terminar de amargarnos el día: a los comedores donde se les provee de la ración mínima indispensable a nuestros chicos con menos recursos, se le destina desde el Estado (el mismo que ella integra) desde el gobierno que ella y su marido dominan, una cuota no mayor a tres pesos por chico por día, o sea que, hagamos cuentas:
mil chicos x 3 pesos por día son tres mil pesos diarios.
Es decir, con la carterita de la primera dama, podrían comer durante 120 días, mil chicos en estado de indigencia.
Se sabe que de no ser su marido el candidato a presidente para las elecciones del próximo octubre, será ella quien ostentará ese cargo, y quien seguramente, de no pasar nada trágico, se siente durante los próximos años en el sillón presidencial.
Da vergüenza, indignación y rabia saber que esta mujer se anda mostrando por el mundo con tan nivel de exposición, tan frívola, lo más campante, como si el país estuviera de maravillas.
El INDEC, el que ellos manejan, acaba de dar una cifra que parece que a la hora de realizar sus compras personales a Kristina no preocupa. Los datos dicen que hay diez millones de pobres y tres millones de indigentes, los cálculos no oficiales casi duplican esas cifras, lo cierto es que: es un despropósito tener esta conducta banal de un funcionario público y máxime tratándose de la senadora esposa del presidente, al que aspira suceder.
Cristina Fernández de Kirchner, con éste y un centenar de ejemplos más no puede proclamar que representa a la generación de los 70’, ni que rescata a Evita como ejemplo de comportamiento con los más humildes. Y que por favor, no intente en campaña, portar otra vestimenta, que la muestre más popular y terrenal, que no finja porque nadie le cree. Perdón, porque muchos no le creemos. Y si nos importa tener un funcionario de su jerarquía dando vueltas por el mundo intentando representarnos.
Cristina, muchos compañeros militantes de este país que conocemos la realidad de nuestra pueblo, sabemos que mientes, que no vives y sientes como hablas y proclamas, que tu verdadera imagen es esa bajando del avión o yendo de compras por el mundo, y nos alarma y repugna tu impúdica exhibición.
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