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Pueblos Originarios.Torturas militares a los soldados en la guerra de Malvinas: “Me estaquearon por ser indio”

A 40 años de la Guerra de Malvinas, testimonios de la infamia vivida por integrantes de pueblos originarios que defendieron valientemente la soberanía nacional y que luchan por memoria, verdad y justicia.

7 de abril de 2022

Durante muchos años la participación de integrantes de las comunidades indígenas en el conflicto bélico fue invisibilizada. Se estima que se trata de 100 excombatientes, que pertenecen a los pueblos Qom, Wichi, Moqoit, Coya, Guaraní,Tehuelche y Mapuche.

Rubén Asencio, excombatiente de Malvinas, perteneciente a la comunidad indígena moqoit, murió sin ver condenados a quienes lo torturaron cuando fue a pelear por la soberanía a favor de Argentina.

Su muerte ocurrió un año atrás en Chaco, la provincia donde se encuentra parte de su comunidad. Su muerte revivió la pelea por la memoria y la verdad de los excombatientes argentinos que lucharon en defensa de las Malvinas, para que los tormentos sufridos sean reconocidos como crímenes de lesa humanidad.

Las torturas y todo tipo de vejaciones cometidos por los militares en el campo de batalla contra los soldados que formaban parte de su propia tropa, continúan impunes. La lucha de Rubén y sus hermanos de la comunidad nos recuerda que los militares genocidas se enfocaron en los jóvenes indígenas para provocar todo tipo de humillación.

“Me estaquearon por ser indio”

Asencio pedía que siempre recuerden lo que pasó. Luchó por justicia, como muchos excombatientes, y brindó su testimonio donde relató que lo estaquearon en Malvinas por ser indio, “para ellos mi vida no valía nada. Decir la verdad no me puede ofender, soy argentino y fui a defender mi país, nunca dudé de que esto fuera así”, había dicho. Fue atado de pies y manos sobre una roca filosa, abrigado solo con un pantalón y una remera de algodón ante el frío y la llovizna.

Rubén fue soldado del Regimiento de Infantería 4. Estuvo designado en el monte Dos Hermanas, desde abril hasta junio de 1982, cuando las tropas argentinas fueron derrotadas. La Fundación Soberanía y Memoria lo acompañó en su denuncia por las vejaciones que sufrió por sus superiores mientras combatía por el derecho argentino en el reclamo de la soberanía de las Islas Argentinas. Luego iniciaron una causa en el Juzgado Federal de Río Grande en Tierra del Fuego.

En el libro “Los Qom de Chaco en la guerra de Malvinas”, el historiador Juan Chico, da cuenta sobre un excombatiente de esta comunidad, Eugenio Leiva, que relata “un día nos subieron a un avión y cuando bajamos estábamos en un territorio muy frío. Al llegar a las islas nos dijeron que estábamos en guerra”. Y agregó, “durante los meses en Malvinas fuimos víctimas de torturas y vejaciones por parte de nuestros superiores".

Leiva agrega "pasamos días sin comer porque nuestras provisiones se las quedaban los oficiales. Si alguno era descubierto buscando comida, nos estaqueaban. Llegamos a estar una semana sin comer. Cuando terminó la guerra y volvimos, formamos una organización de ex combatientes. Con el tiempo empezamos a ver que la ayuda del Estado no llegaba para quienes éramos indígenas. Para luchas contra esta discriminación en 2012 formamos una organización de ex combatientes indígenas”.

En su investigación, el historiador convocó a diez excombatientes indígenas: Eugenio Leiva, Guillermo Ortega, Benito González, Abel Mocoví, Rubén Asencio, Aldo Martínez, Carlos García, Argentino Benítez, Luciano Ramos y Dalmasio Amarilla, cuyas experiencias y relatos son un aporte contra las políticas de desmalvinización que llevaron adelante los gobiernos constitucionales desde 1983.

Indígenas en Malvinas previa a la ocupación británica
En este libro bilingüe, publicado en castellano y en qom, Juan Chico sostiene que “la presencia indígena es previa a la ocupación británica. Por eso queremos remarcar esto en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, que las Malvinas no sólo son argentinas, sino también indígenas”. Este fundamento también se basa en el descubrimiento científico publicado en la revista Science Advancesque aporta pruebas de que los pueblos originarios fueron los primeros en llegar a las islas del Atlántico Sur entre 1275 y 1420.

En el 2019, el Ejecutivo chaqueño acompañó el reclamo de los excombatientes torturados en la guerra de Malvinas en 1982 - causa que se instruye en el Juzgado Federal de Río Grande en Tierra del Fuego- y dispuso los recursos necesarios para asistir a quienes buscan justicia en los estrados de la provincia argentina más austral.

Las víctimas son diez chaqueños que pertenecían al Regimiento de Infantería Nº 5 de Pasos de los Libres, Corrientes. Uno de ellos es José Yanevich, quien “estando estaqueado, le cayó una bomba a diez metros provocándole ceguera permanente, lo cual constituye lesiones gravísimas”. Por su parte, José Alfredo Sánchez, agregó que en el conflicto, “tuvimos situaciones extremas en la alimentación. En una situación delicada trabé amistad con un isleño y este señor se comportó como tal; por eso quiero ratificar todo lo dicho contra oficiales y suboficiales que nos infringieron castigo”.

“Fui estaqueado durante todo el día y, a las 11 de la noche, hubo un bombardeo y me sacaron a punta de fusil y bayoneta. Durante el día tomé solo agua con una temperatura de 17 grados bajo cero, tirado sobre la humedad, después de haber sido ‘raneado’ durante dos horas y media”, revivió Sánchez sobre los padecimientos que le tocó sufrir en la guerra de 1982.

Los excombatientes indígenas torturados buscan que los acusados sean juzgados lo antes posible. Las atrocidades vividas en la guerra de Malvinas también nos recuerdan a otros capítulos de la historia que dan muestra al accionar genocida del Estado contra los pueblos originarios, como la campaña del desierto en la Patagonia llevada adelante por Julio Argentino Roca o diversas masacres como la de Napalpí o Rincón Bomba.

Memoria, verdad y justicia

A 40 años de la Guerra de Malvinas, todavía se debate sobre la política y estrategia militar que llevó adelante el gobierno de facto del general Leopoldo Galtieri.

El plan de los militares se reducía a “ocupar para negociar”. Como sintetiza el excombatiente Damián Cataldi: “No hubo voluntad política de ganar la guerra. Galtieri reconoce en un reportaje publicado en la Revista El Porteño que ellos pensaron que la guerra no iba a ocurrir. Que los ingleses no iban a venir”.

Y agrega “Galtieri pensó que ocupando Malvinas iban a desviar la bronca de la gente, y que de alguna manera Estados Unidos e Inglaterra iban a hacer la vista gorda para que ellos se mantuvieran en el poder”.

Sobre las torturas a los soldados durante la Guerra de Malvinas, Cataldi sostiene “lo que pasó es que el Ejército que fue a Malvinas era el que venía de secuestrar y torturar al pueblo y para ellos los soldados éramos el pueblo. Y en Malvinas si un soldado robaba alimento, o había salido a matar una oveja, o se había quedado dormido en una guardia, todo esto era una causa para torturarnos”.

Gloria Pagés entrevistó para este diario a Jerónimo Guerrero Iraola, abogado del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (Cecim) de La Plata, quién sostiene que la causa contra oficiales y suboficiales que torturaron en el campo de batalla, se encuentra paralizada, y que el Poder Judicial no reconoce los crímenes como de lesa humanidad, por tanto, imprescriptibles.

A 40 años de la guerra de Malvinas continúan las importantes peleas, como la de reconstruir los hilos de nuestra historia que quieren borrar sectores negacioncitas, como las atrocidades cometidas por los represores sobre los jóvenes que fueron a combatir, y que los responsables genocidas no rindan cuentas.

Lo hemos visto recientemente con la campaña difamatoria y de odio del Gobierno de Jujuy contra el concejal del PTS/FIT en Jujuy Gastón Remy y la izquierda, donde ex militares afirmaron a los gritos en una sesión del Concejo Deliberante de la capital jujeña que “no son 30 mil los desaparecidos, sino 8 mil”. Además, reaccionaron con calumnias cuando se denunció la responsabilidad de los genocidas, contrastando la valentía de los soldados que combatieron a los ingleses defendiendo las Malvinas con la cobardía de represores como Alfredo Astiz que se rindió sin pegar un tiro.

El mejor homenaje a los heroicos soldados que pelearon durante la Guerra de Malvinas contra el imperialismo inglés, es continuar la lucha por memoria, verdad y justicia, y en defensa de la soberanía de las Islas Malvinas y del país, ante el accionar del imperialismo inglés pero también yanqui que avanza en Argentina y América Latina, sometiendo a los pueblos a las políticas colonialistas, de entrega y saqueo como lo hacen con el FMI. (LID) Por Rosa D’Alesio / Natalia Morales

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