Entre 1973 y 1976 la cárcel santiagueña estaba colmada de presos políticos (centenares). No hubo Triple A en Santiago, sencillamente porque la Triple A estaba en el poder. En esta provincia no se movía una hoja de un árbol sin que Carlos Juarez se enterara, fue el inventor y el estimulador de esa máquina de matar que se llama Musa Azar, su perro fiel, y lo puso al frente de la tristemente célebre DIP que realizó espionaje y persecución política de ciudadanos, y fue el lugar donde funcionó el centro (...)