Diarios impresos, digitales, radios y canales de televisión, en poder de los amigos del poder. Esos capaces de adquirir un multimedio para convencer al ciudadano de a pie, de que sus negocios y negociados, son lo mejor para un país o una provincia. Esos que no dudan en pagar fortunas a un ejército de mercenarios con tinta o con micrófonos, que en nombre de la libertad de expresión o de la independencia periodística, se transforman en soldados de cualquier causa que se les ordene.
La TV que no te (...)