La multinacional Kimberly-Clark cerró sin previo aviso su planta ubicada en el Parque Industrial de Pilar.
Trasladaría la actividad a su establecimiento en San Luis. En total, fueron despedidos 220 trabajadores. La medida fue comunicada a través de telegramas enviados entre el sábado y el lunes, en medio del desconcierto total del personal.
La multinacional Kimberly-Clark cerró sin previo aviso su planta ubicada en Pilar, afectada a la producción de toallitas húmedas y protectores diarios para marcas de consumo masivo como Huggies, Kleenex, Scott y Plenitud.
El viernes anterior al cierre, la empresa había suspendido la actividad bajo el argumento de tareas de mantenimiento en una subestación eléctrica. Sin embargo, al día siguiente, comunicó oficialmente el cierre definitivo del establecimiento.
“Dijeron que cerraban por mantenimiento, pero ya estaban cesanteando gente. Ese mismo sábado anunciaron el cierre total y nosotros activamos acciones administrativas para pedir una audiencia urgente. Vamos a exigir la reapertura y la reincorporación de los 220 despedidos. Si eso no se logra, pelearemos por mejorar las condiciones de la liquidación”, explicó Diego Lijo, del Sindicato de Papeleros a Página/12.
La empresa justificó el cierre como parte de una “estrategia de optimización y crecimiento sostenible”, y anunció que toda la producción será centralizada en su planta de San Luis. Allí, proyectan invertir 15 millones de dólares durante los próximos tres años, lo que incluye el traslado de maquinaria y recursos desde Pilar, pero sin ofrecer ningún tipo de reubicación laboral a los empleados cesanteados.
“Nos adaptamos a la estrategia global de optimización de la huella operativa”, expresaron desde Kimberly-Clark mediante un comunicado oficial.
Desde el sindicato señalan que la firma no se retira del país, lo que abriría la posibilidad de algún tipo de negociación. “Estamos reclamando que se reabra la planta, pero muchas veces las decisiones de las multinacionales son hechos consumados. Para los trabajadores esto es un golpe durísimo”, remarcó Lijo.
El conflicto sigue abierto y se esperan definiciones en las próximas horas. Mientras tanto, los trabajadores organizan protestas en la puerta del predio y preparan presentaciones ante el Ministerio de Trabajo.
Por su parte, desde la empresa aseguran que a partir de esta nueva estrategia y con la nueva inversión prevista, su planta de San Luis se convertirá en el centro productivo más importante de la compañía en el país y el segundo más grande de América Latina en el área de cuidado personal.
Indicaron además que la inversión se ejecutará en los próximos 36 meses y «estará destinada a infraestructura y nueva maquinaria, con foco en innovación, calidad y ampliación de capacidades».
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