Desde esta columna decíamos que una organización civil como la Policía, no se debe abandonarla para que se regenere o autodepure a si misma. Daniel Scioli vive ese fantasma con la Bonaerense, que tiene más de 50 mil efectivos que pueden ser inmanejables si no existen medios idóneos de control y gestión.
Ahora bien, Salta cuenta con siete mil policías y arrastra una larga historia de vejaciones y atropellos a la propia fuerza operativa, donde la institución de la injusticia era y es moneda (...)