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Empobrecimiento. El Salario Mínimo se devaluó un 17% en sólo 3 meses

El gobierno de Milei fue muy rápido en conceder grandes aumentos a las prepagas, las petroleras y en las tarifas a las empresas privatizadas de servicios básicos y de transporte. Sin embargo la convocatoria al Consejo del salario se demoró más de 2 meses desde que asumió. Una reunión en la que no hubo acuerdo entre representantes sindicales y empresariales y el gobierno terminó imponiendo una actualización del Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM) “salteandose enero” por decreto. El aumento fue de tan sólo un 30% en 2 tramos, que llegó a $202.800 para marzo. Un aumento raquítico de la cifra que se encontraba congelada en $156.000 desde el 1 de diciembre de 2023.

21 de marzo

En estos primeros 3 meses del año, la alta inflación de un 36,6% acumulado para febrero, ya se comió el aumento. Si a esto le sumamos un 15% estimado para marzo, arroja en el primer trimestre un 57% contra el 30% de aumento del SMVM. Por lo cuál la pérdida representa un 17,2% en el poder adquisitivo.

Este deterioro se suma al de 2023 cuando el salario mínimo tuvo un incremento del 151,8% frente a una inflación del 211,4%. Arrojando una pérdida de 19%, que si la medimos en relación a la canasta básica alimentaria, la caída superó el 25%.

Según CIFRA (Centro de Investigación y Formación de la República Argentina), “el poder adquisitivo del salario mínimo, vital y móvil muestra una tendencia negativa desde 2011, que resultó particularmente fuerte en los dos últimos años del gobierno de Mauricio Macri así como en 2020. Esta caída ha sido incluso superior a la pérdida real de los salarios registrados”.

Luego, “entre 2021 y 2022, en un contexto de inflación creciente, existieron siete instancias de actualización del salario mínimo, que no lograron una recuperación de su poder de compra. El año 2022 cerró con una caída promedio del salario mínimo real del 1,3%, que lo ubicó 33% por debajo del nivel de 2015”. Con la pérdida de 2023, la caída es del 45%.

Según la ley de Contrato de Trabajo el salario mínimo es “la menor remuneración que debe percibir en efectivo el trabajador sin cargas de familia, en su jornada legal de trabajo, de modo que le asegure alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte y esparcimiento, vacaciones y previsión.” Y debe ajustarse periódicamente de acuerdo a las variaciones del costo de vida.

¿No hay plata?

Es evidente que el actual monto de $202.800 pesos no alcanza a cubrir las necesidades de una persona incumpliendo el Gobierno la ley de Contrato de Trabajo. Cobrando además alguna presunta prestación o asignación por hijo, el ingreso se queda muy lejos de la canasta básica total (el mínimo para no ser pobre) que va a rondar los $800.000 para marzo.

Sin embargo, las grandes empresas han amasado fortunas estos años y de el gobierno les garantizan grandes aumentos y jugosos negociados. Es el caso de las privatizadas Edenor y Edesur que el año pasado ganaron $130.000 millones. Es el caso de las empresas del transporte que en los últimos 10 años aumentaron la tarifa 3 veces más que el salario mínimo. Es el caso de los bancos que sólo en enero de este año percibieron una ganancia (pagada por el Banco Central) de 1.8 billones de pesos, lo que equivale a casi 9 millones de salarios mínimos.

Asimismo, de acuerdo a un informe del Mirador de la Actualidad, el Trabajo y la Economía (MATE), en enero por primera vez en la historia el gasto en intereses de deuda del Estado superó al gasto en jubilaciones. Es decir, entre los intereses del Tesoro y los intereses del Banco Central, se destinó a bancos y especuladores más del doble de lo que se pagó a los jubilados.

Las distintas movilizaciones en los 100 días de gobierno de Milei mostraron la voluntad de enfrentar el brutal ajuste, pero con un paro no alcanza. Es necesario que las centrales sindicales llamen a un verdadero plan de lucha para tirar abajo el plan hambreador de Milei, para que los salarios, jubilaciones y asignaciones sean indexados a la inflación y recuperar todo lo perdido. Por un salario mínimo, que de base iguale a la canasta básica familiar. (LID) Por Julio Pérez

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