Extranjero preso en Argentina: ¿Quiere usted ser expulsado?.

El 65 por ciento respondió que sí, aunque sólo el 39 por ciento sabe cómo funciona el mecanismo. El informe “Prisión e Inmigración. Población extranjera detenida en cárceles federales de la Procuración Penitenciaria de la Nación” cuenta las condiciones de vida en la prisión y devela quiénes son los migrantes detenidos.

¿Quiénes son los extranjeros presos?

Más del 90 por ciento vivían en CABA o Provincia de Buenos Aires. Casi un tercio estaba en la Argentina desde hacía más de 11 años, el 38 por ciento desde hacía 1 a 5 años y sólo el 10 por ciento había llegado hace menos de uno. Pese a los avances del plan de regularización Patria Grande -que el informe destaca- sólo el 34 por ciento de los detenidos tenía DNI y el 27 por ciento permiso de residencia -precario, transitorio o permanente-. Más de la mitad de los extranjeros no vivían en el país cuando los detuvieron: los agarraron en la frontera intentando entrar o salir.

Una vez detenidos, suelen tener mayores dificultades para conseguir trabajo que los argentinos. Por un lado por los problemas para tramitar el CUIL -según el informe demora tres meses cuando debería estar listo en uno-. Por otro, porque les ofrecen tareas poco reconocidas o que no les sirven para capacitarse para cuando recuperen la libertad: huerta, cocina, mantenimiento, tejido, lavandería. Según el informe, “las tareas más pesadas son derivadas a los extranjeros”.

Cuatro tercios de los presos son latinoamericanos: entre ellos, 21 por ciento de Paraguay, 18 de Perú y 18 de Bolivia. De los 175 entrevistados, 37 no hablaban español.

¿Por qué están detenidos los extranjeros?

De los 3534 extranjeros presos, el 54% lo está por delitos de drogas. La cifra sube a 96% entre las mujeres. El 17% cumple una condena por delitos contra la propiedad, el 7%, por delitos contra las personas y la integridad sexual; el 3% por delitos económicos; y el 2% por trata de personas.

En las conclusiones del informe subrayan que la mayoría de los no nacionales están por tráfico de estupefacientes, que en general es por transportar pequeñas cantidades de drogas (“mulas”) y que se trata de delitos “no violentos o sin víctimas”. “La selectividad del sistema penal recae sobre el eslabón más débil”, escribieron.

El estudio es el resultado de un relevamiento realizado entre 2012 y 2013 por el Observatorio de Cárceles Federales. Hicieron encuestas, visitaron pabellones de extranjeros, dieron charlas y difundieron la Ley de Migraciones.