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Jaldo, entre cortocircuitos y una primera ola de bronca

El trascendido oficial señala que Osvaldo Jaldo sufrió uno de los tantos cortes de luz impuestos por EDET durante toda la semana. Desde su casa en Barrio Norte consideró que era necesario tomar alguna decisión y por ello el viernes anunció la intervención del Ente Único de Control y Regulación de los Servicios Públicos de Tucumán (Ersept). Al relato de un mandatario que sufre como cualquier vecino se le ven las costuras. Mientras el gobernador ultimaba su anuncio, centenares de docentes se autoconvocaron frente a la Casa de Gobierno para reclamar por sus salarios golpeadísimos tras las paritarias y por las condiciones edilicias que motivaron la suspensión de clases ante la ola de calor. De esta manera se cerró una semana de cortocircuitos y de termómetros que marcaron altos valores de bronca.

18 de marzo

Cortocircuitos aquí y allá

Las vísperas de los primeros 100 días del gobierno de Javier Milei encontraron a un Jaldo alineado con el experimento libertariano. La ubicación del lado de la motosierra lleva al gobernador a buscar constantes muestras de validación por parte de los suyos. La foto de Jaldo junto a funcionarios, intendentes y diputados del bloque “Independencia” tuvo como principal fin mostrar nuevamente un alineamiento pero también enviar diversos mensajes ante los cortocircuitos que se fueron desarrollando en la semana.

En primera instancia, los diputados del bloque “Independencia” –Gladys Medina, Elia Fernández de Mansilla y Agustín Fernández– jugaron nuevamente un rol de aliados de Milei en el Congreso. El miércoles, los diputados de Jaldo fueron parte del boicot a la sesión para tratar una nueva movilidad jubilatoria, una muestra más de la “buena voluntad” que exige Milei para avanzar con el ajuste. En este nuevo alineamiento no hubo ni siquiera intentos de explicaciones por parte de los diputados peronistas, simplemente actuaron junto al Gobierno que en sólo tres meses realizó un ajuste histórico de más de un 25% en las jubilaciones.

El colaboracionismo de Jaldo y otros gobernadores no fue suficiente para evitar una derrota del Gobierno en el Senado con el rechazo al mega DNU. Más allá de su rol de aliado, el tranqueño tuvo su propio revés en la Cámara Alta. Se daba por descontado que Juan Manzur votaría con la oposición pero permanecía como incógnita qué haría Sandra Mendoza. El mencionado encuentro con los intendentes también tenía como fin alinear al legislador José Orellana, esposo de Mendoza, y al otro mellizo, Juan Orellana, intendente de Famaillá que depende de los recursos provinciales. El voto de Mendoza junto a Manzur marca un punto de alta tensión en el Partido Justicialista local.

Paradójicamente, el único voto que quizás Jaldo puede adjudicarse de acercarlo a Milei es el de Beatriz Ávila, quien llegó al Senado con Juntos por el Cambio. La esposa de Germán Alfaro realizó una defensa rudimentaria del DNU presidencial y recibió la bienvenida a “las fuerzas del cielo” por parte del troll center. Los nuevos aliados del gobernador también reciben munición pesada desde el oficialismo provincial. La intendenta capitalina Rossana Chahla solicitó a la Justicia que investigue la administración del Consorcio Metropolitano para la Gestión de los Residuos Sólidos Urbanos, bajo la presunción que fue un lugar desde donde la gestión de Alfaro eludió controles y desvió fondos municipales. Chahla viene mostrando una distancia de Jaldo, al punto de ser la única jefa municipal que no participó del encuentro citado. Como contracara, se mostró junto al cordobés Martín Llaryora, un colaboracionista de mayor disimulo.

Hay más. La foto de gran parte del PJ tucumano junto a Jaldo también tiene cómo destino la interna nacional. Este viernes se reúne en Ferro el Congreso Nacional del PJ, donde Manzur llega como uno de los vicepresidentes mientras que su sucesor llega con mote de “traidor”. El ex gobernador no da por finalizada su proyección nacional, pese a diferentes tropiezos. Algunos le adjudican pretensiones de ser “un nuevo Duhalde” que emerja desde los escombros, una versión que tiene más de sorna que de reconocimiento. Aunque lo niegue, a Jaldo le inquieta qué rol puede jugar Manzur localmente amparado en sus vínculos nacionales.

Alta tensión

El humor social se vio crispado por una ola de calor agravada por constantes cortes de luz. EDET fue el centro de todo el enojo con cortes intempestivos de varias horas (algunas zonas estuvieron sin energía durante más de 12 horas) y con el correr de los días, la bronca también fue alcanzando al Gobierno. La sensación generalizada es que el Ersept es un apéndice del Gobierno que no controla ni a la SAT –con cortes de agua y un servicio deficiente en todo el verano– ni a EDET, mientras los tarifazos se implementan sin demoras (el aumento de los servicios fue lo más destacado de la inflación de febrero en Tucumán).

Las escuelas fueron una tribuna de dónde se expusieron estos problemas estructurales. Estudiantes grabaron videos mostrando que no tenían ni un ventilador en el aula, docentes denunciaron que los chicos se desmayaban por el calor y que ni agua tenían. Los cortes de luz fueron el colmo. Hasta último momento, la ministra de Educación, Susana Montaldo sostuvo que los problemas eran en dos o tres escuelas pero al mediodía del jueves, cuando se multiplicaban los reclamos, tuvo que suspender las clases hasta el lunes.

Jaldo intervino el Ersept por 120 días, designando al ministro de Economía y Producción, Daniel Abad. Además, siguiendo un viejo consejo, instó a la creación de una comisión. Esta comisión deberá “revisar el contrato de EDET y sus prestaciones” y tendrá representantes del Poder Ejecutivo y Legislativo. Entre los integrantes de esta comisión estará el secretario de Energía, el radical José Ricardo Ascárate. Se trata del mismo funcionario que en noviembre publicitaba junto a EDET y Transnoa un plan de contingencia para evitar los cortes durante el verano. Aún así, todavía hay aplaudidores que dicen que Jaldo “cambia a los funcionarios que no funcionan”.

El “contrato de EDET” refleja la estafa de las privatizaciones heredadas del menemismo. Era agosto de 1995 cuando Palito Ortega firmó el traspaso a manos privadas, con una concesión por 90 años. No pasaron siquiera de un tercio de ese plazo y siquiera hay certezas de quién es el socio controlante, donde todo indica que se trata del fondo buitre The Rohatyn Group. Hay muchos intereses privados en torno a EDET, incluso por parte de quienes opinan que debe anularse la actual concesión. Una salida de fondo pasa por integrar el sistema energético con la estatización de estas empresas privatizadas, bajo administración de sus trabajadores y de comités de usuarios que representen al pueblo trabajador.

Ola de bronca

En el control de daños desplegado por la crisis de EDET, el Gobierno no ponderó un elemento: la bronca creciente tuvo un resquicio por dónde expresarse. Anunciada la suspensión de clases para el viernes, y despejada la amenaza de descuentos por parar, la docencia comenzó a autoconvocarse en reclamo por salario, boleto educativo y condiciones edilicias. El resultado fue que centenares de docentes se concentraron frente a Casa de Gobierno y luego marcharon hasta ATEP. Con revanchismo, Jaldo anunció que los dos días de clases suspendidas deberán recuperarse.

Jaldo con la complicidad de los sindicatos busca sostener una “paz social” al servicio del ajuste. La bronca en los grupos de Whatsapp docentes comenzó a ser acompañada por discusiones sobre cómo hacer frente al Gobierno y sus amenazas de represalias. En este sentido, es importante organizar democráticamente y desde abajo, poniendo en pie una gran Asamblea Educativa que agrupe a la docencia, junto a estudiantes y a toda la comunidad educativa, para coordinar acciones y mantener la organización en las escuelas. Así puede ponerse en movimiento la fuerza social necesaria para derrotar el ajuste.

Milei se lanza a días frenéticos para lograr salvar el Mega DNU en Diputados, donde ya cuenta con la ayuda de gobernadores como Jaldo. A su vez, como pasó con la Ley Ómnibus, es urgente que las centrales sindicales convoquen a la movilización, un plan de lucha con paro general para tirar abajo el Mega DNU. En este marco, un nuevo 24 de marzo es una cita de honor para movilizarse contra la impunidad de ayer y hoy, junto a levantar un voz independiente de los gobiernos ajustadores como Milei y los gobernadores que ajustan para beneficiar a la misma clase que impulsó el golpe genocida. (LID) Por Maximiliano Olivera

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