Decía Baltasar Gracián que "la muerte, para los jóvenes es naufragio y para los viejos es llegar a puerto". Los viejos han colgado la última luna de su existencia en el cielo del esfuerzo, de la construcción, de la idea, tengan las calidades que tuvieren. Morir joven, en cambio, es una cruel desatención de la vida. La más dolorosa.
Frente al apresuramiento del destino por el guadañazo temprano, no hay consuelos. No hay formas. No hay cabida en el apenas límite de la piel que nos sostiene. Es el (...)
Ricardo III de Inglaterra pedía por un caballo ("¡A horse! ¡A horse! ¡My Kingdom for a horse!"), porque el suyo había perdido la herradura por falta de un clavo y se piró, nomás, mientras el Rey se iba al demonio. Una retahíla de sucesos, donde la falta de ideas antes que de herrajes, hizo que se perdiera un reino.
La historia de Shakespeare más que rescatar la importancia de las cosas sencillas, como suelen reivindicar algunos estudiosos, pasa por la precariedad de miras, primero, y la falta de (...)
Cuando se levanta la mano de un boxeador, los laureles no logran opacar la imagen del derrotado, caído en un rincón o agotado por la infructuosa lid a la que fue arrojado como el más indigno fiambre. Los ganadores, no toman conciencia de que, salvo raras excepciones, mañana serán ellos los derrotados.
Porque los triunfos, por cuestiones aritméticas y/o por fallas humanas, no se verificarán permanentemente. Los campeones invictos, al campeonato siguiente dejan de serlo, humillados en puntajes que (...)
Siempre concebí al compendio de normativas de una sociedad, como un conjunto ético (y estético) de lógica, sentido común o equilibrio, según la ontología aplicable por el criterio filosófico con que se sustenten los argumentos.
Mientras el ministro de Educación de Salta, Leopoldo Van Cauwlaert (ex de Economía en la aborrecible gestión de Hernán Cornejo) recorre, ahíto de broncas y espantos, establecimientos escolares para asegurarse "de que no haya presiones a los docentes para adherirse a la huelga" (...)