Hay dos temas que han comenzado a apasionar a comunicadores sociales de fáciles lengüetazos, a funcionarios viriles y a partidos políticos de inenarrables fracasos: la prostitución y la educación religiosa.
Ambas cuestiones, necesito reiterarlo, son de insoslayable importancia para la sociedad salteña…si no fuera porque existen otras cuestiones de mayor trascendencia que éstas, que nos tiene ateridos de morbo y discriminación. Precisamente es la discriminación el punto en que ambas realidades se unen por la tangente para la discusión estentórea de las últimas semanas.
No voy a ser yo quién explique las virtudes o defectos de la prostitución: se han escrito y dicho toneladas de tinta y litros de saliva, además de haberse gastado por las calles de la vida, inconmensurables kilómetros de látex de condones de variado tipo. Si sé que, en tren de aparecer modernos y progresistas, a varios les saltó el burlete por donde se les filtró el aire del acto discriminatorio: "Yo tengo varios amigos travestis (prostitutas o gays, según corresponda) y no sé por qué no se les permite trabajar dignamente".
Es como aquello de "yo tengo amigos judíos y sé que no joden a nadie". O "la bisabuela de mi ex mujer es boliviana y vieran de trabajadora la viejita…" que es la antesala para agregar: "Pero son jodiditos (así, con diminutivo, que suena cálido y perdurable), qué se le va a hacer", dicho en voz muy baja entre medio del bullicio ciudadano.
Lo extraño, es que ninguno de estos personajes "progres" tiene ni un primo-hermano travesti, ni una hermana prostituta, ni un hijo gay (¡Dios nos libre y guarde, por cualquier cosa…!). Menos una mamá boliviana ni un novio o novia judío o judía (¡No jodamos…!) Todos, llamativamente, son lejanos a ellos, lo que demuestra el afán de aparecer todo lo bueno que se escribe, pero guardando en secreto de que, en realidad, pueden tolerarlos pero no demasiado cerca de ellos.
Lo otro, es el meneado tema de la educación religiosa en las escuelas de Salta. He escuchado argumentos tan invalidantes y descalificadores que, en realidad, lograron más rechazos que adhesiones, eludiendo, de este modo, la racionalidad de un debate que, insisto, debió merecer mejores tiempos. Es verdad que la enseñanza de una sola religión (supuestamente la católica) equivaldría a un acto de discriminación que pondría en el tapete todo un sistema de arcaísmos innobles que vienen desde la llamada "Generación del ’80". De 1880, se supone. Un período, para algunos, pletórico de virtudes y para otros, afanosamente elaborado para joder generaciones futuras.
Lo llamativo de esto es que quién impulsó lo que muchos activistas partidarios exigen hoy (educación laica, gratuita y obligatoria), fue Julio Argentino Roca, un personaje que la historia liberal rescata como icono de estadista y el revisionismo ataca como la peor de las plagas, principalmente por haber diezmado la Patagonia siguiendo los pasos de su antecesor en ese aspecto, Juan Manuel de Rosas. La ley 1.420 es la norma que Roca entregó a la posteridad. Nadie, en la visión sesgada con que se encaran las polémicas de hoy, se acuerda de este hombre que (¡oh, casualidad!) revindicó la educación técnica mucho antes de Juan Perón.
Pero, como si fuera poco, la revuelta laica busca desarraigar la enseñanza religiosa aún a costa de la propia Constitución Provincial que, precisamente, garantiza este tipo de educación en su artículo 49 para todas las escuelas públicas, según la reforma de 1986. Ergo, para imponer una nueva norma, hay que reformar la Constitución. Más ergo, hay que convocar a elección de constituyentes. Ergo, ergo, ergo, hay que hacer campaña política. Y, finalmente, hay que gastar un montón de dinero para que el PJ o sus aliados, terminen diciéndonos que ellos son mayoría y que hacen lo que les dé la gana.
En el tema de la prostitución, resulta algo parecido: todos se van ladeados para sus casas eludiendo hasta los pronunciamientos públicos (en el caso de los legisladores provinciales) dejando para los "rompeportones" como los concejales Diego Saravia y Gustavo Sáenz la posibilidad de hacer el aguante de la cuestión desde los medios de comunicación.
Y en ambos casos, unos tendrán razón y otros no, quién sabe. O será un empate. Un lacrimógeno empate en cero. Mientras tanto, ya se vendrán las lluvias de verano que tuvieron culo a la bulla al gobernador Juan Manuel Urtubey en el norte salteño. O se venderá más poxiram en el Mercado San Miguel, frente a los ojos de los parroquianos. O el ministro de Finanzas dirá que "el 2009 se viene difícil" y nadie sabrá para dónde salir disparado mientras las últimas monedas se le caen del bolsillo. O la policía destinará más efectivos a saldar "las deudas sociales" a garrotazos en las cabezas de los más desamparados.
Desde la vereda del frente (no de la oposición, por supuesto), una prostituta nos revoleará la cartera, convencida de que el forro de látex la mantendrá a resguardo del SIDA. Un pesimista, en cambio, le comprará un choripán a un chico hambriento y se irá a colocarle el condón al busto de Julio Argentino Roca, que no tiene miembros, por supuesto…
16 de junio de 1985. Un misterio llamado Cecilia Giubileo: a cuarenta años de su desaparición
Infancias y adolescencias bajo sospecha: criminalización y pobreza en tiempos de ajuste
Crisis de representatividad e intentos autoritarios: ¿está la SIDE haciendo espionaje interno?
Salud. “Son degenerados sociales”: ¿cómo terminamos con el inhumano ajuste de Milei en Discapacidad?
Casta brava. El Gobierno de Milei quiere perseguir aún más a opositores a través de la SIDE
Otra fake y van.... Milei: ¿a quién manda a parir el que tiene hijitos de cuatro patas?
Diario de la criminalización de la protesta social en Salta - Marco Diaz Muñoz
Portada | General | Politica | Policial | D.D.H.H. | Cultura | País | América Latina | Mundo | Pueblos Originarios
Copyright 2001 - 2010 - Todos los derechos Reservados - copenoa.com.ar