Salta | | Estado del Tiempo
| Usuarios Acceso a Usuarios
| RSS Suscripci¨®n a RSS

El torpe

Desde el 3 de marzo de 2008, alguien (la historia, seguro) dirá que Juan Manuel Urtubey, gobernador de Salta, ha pasado a convertirse en un nuevo mandatario torpe cuya estrechez de mira lo coloca en una situación política de la que le costará salir en el futuro.

5 de marzo de 2008| copenoa |

Urtubey, alentado por los embrutecidos e irresponsables operadores mediáticos que le manejan la información desde emisoras antes antirromerianas y hoy, exacerbadamente serviles a su prosapia de "niño bien", disparó lo que no debía: con el arma de la infamia exigió "no dejar a nuestros hijos rehenes de la extorsión de unos pocos que lo único que pretenden es que Salta no salga adelante", en obvia dirección a la docencia de Salta que entre el lunes y el miércoles, realiza una medida de fuerza de dispar suerte.

Urtubey amplía, expande el error de su antecesor. Cada vez que tuvo conflictos con los maestros de Salta, Juan Carlos Romero o se llamó a un altanero silencio o comenzó con los casi parecidos calificativos que hoy usa Urtubey. Lo que habría que recordarle al gobernador de estos instantes, es que en todos los conflictos, los paros y movilizaciones se iniciaron, siempre, con un centenar de docentes gritando en las escuelas donde Romero inauguraba el ciclo lectivo. El crecimiento de la protesta se fue dando gradualmente a medida que proseguía la indolencia y la soberbia del poder político.

El gobernador supuso, claro, que el paro era un fracaso. Y que esto era motivo suficiente para que la chaveta se le desprenda, con la ignominia de un vencedor cuya única misión es la derrota y la humillación de su aY aún cuando fuera apenas un grupo minúsculo el que adhiere a una medida de fuerza, el gobernador debiera prestarle atención a cada uno de los integrantes del Estado que gobierna. Pero eso sería suponerlo capaz, hábil e inteligente, virtudes de las que, ya ha demostrado con amplitud, carece el mandatario, más presto a ser un facsímil descolorido de la presidente Fernández (a la que tanto admira, claro) quién no duda en tildar de "terroristas" a los docentes argentinos y luego huye despavorida ante el primer amago de manifestación que le hacen en Salta o en Entre Ríos: en ambos, casos, un "frente de tormenta" le cambió la agenda. La calificación presidencial a los maestros argentinos, hubiera enorgullecido al dictador Videla. La de Urtubey, en cambio, apenas es un toque más de su calidad de simplote.
dversario, de su enemigo.

Ante las emisoras de frecuencia moduladas oficialistas, Urtubey destapa su nulo índice de sensatez y advierte que la docencia está, prácticamente infiltrada por el Partido Obrero, argumento falaz y extraordinariamente idéntico al que usaba Romero y su goebbeliano ministro Víctor Manuel Brizuela. Más allá de eso, y como dijo el dirigente del PO, Claudio Del Plá, "a este gobieno no se le cae ninguna idea".
Se supone que, ante un conflicto, tenga las calidades que tuviere, el gobernante, el que debe cumplir el mandato del pueblo, debe exhibir no sólo solvencia sino profundidad y equilibrio. La superficialidad del badulaque es lo que ha llevado a la perdición a muchas sociedades en la historia del mundo.

Pero, además, Urtubey no puede sentirse ajeno al compromiso que ha dado en campaña. Aún cuando éste haya sido exagerado y producto de la preñez de ansiedad que dan los actos proselitistas, su compromiso es revisable pero con la gente a la que le ofreció el mismo. No es posible que, por contraposición, el gobernador descalifique la lucha docentes de un sector mayoritario, privilegiando a quienes usurparon la confianza y traicionaron las reivindicaciones del magisterio, como es Virgilio Choque, titular de la Asociación Docente Provincial, ex referente del servilismo romeriano.

Cuando Víctor Gamboa, vocero de la Asamblea Provincial que el gobernador desprecia como antes lo hacía Romero, le dijo a Urtubey, en Chicoana: "Usted dijo que era el cambio, ¿éste es el cambio, gobernador?", el mandatario no tuvo más que un nuevo dejo de torpeza: "Respete a los medios y a la libertad de expresión", sin que nadie sepa por qué lo dijo. Gamboa, que se sepa, no tiene el más mínimo acercamiento al Partido Obrero, como hubiera deseado el gobernador para sustentar sus acusaciones.

Esta es la clara demostración de la mala concepción de un gobernante a la hora de analizar, sin la majadería de su corta visión, las crisis que debiera solucionar en lugar de buscar enfrentamientos irracionales y, en consecuencia, inútiles. "Este es el mayor aumento de los últimos años", les dijo Urtubey a los docentes. Aumentar el porcentaje de lo paupérrimo es, al menos, un mayor acto de torpeza. Casi un bodoque, vea…

www.agensur.info

Publicidad
Publicite aqui
Publicite Aqui

Datos de Contacto:
Cel: 3874152946
E-mail: redaccion@copenoa.com.ar

Libros: Orden, Represión y Muerte

Orden, Represión y muerte

Diario de la criminalización de la protesta social en Salta - Marco Diaz Muñoz

Portada | General | Politica | Policial | D.D.H.H. | Cultura | País | América Latina | Mundo | Pueblos Originarios

Copyright 2001 - 2010 - Todos los derechos Reservados - copenoa.com.ar