NUNCA ES TRISTE LA VERDAD

Si algo hemos escuchado hasta el hartazgo de bocas de políticos es la famosa división de poderes, pero como ya sabemos, cuando algo se hace necesario repetirlo tanta veces no obedece a la falta de comprensión de los receptores, si no mas bien a las carencias del funcionamiento práctico.

Por ello y ha modo de observación cabe consignar dos criterios distintos del funcionamiento democrático, según se trata de experiencias europeas o americanas.

Juan Carlos de EspañaEuropa traspaso su sistema monárquico hacía posturas parlamentarias con o sin inclusión de los reinados, en el primer caso podría citarse Inglaterra, España (pos franquismo), Holanda y en el segundo Italia, Francia entre otros.

En estos países, el núcleo duro de la democracia lo constituye el parlamento y las crisis se resuelven por votos de confianza, donde el premier o primer ministro se somete ya sea con mayoría propia o acuerdos que le permiten formar gobierno o imponer iniciativas de leyes atinentes a su programa.

En caso de crisis (perdida de mayoría), aparece la figura del presidente (carácter simbólico y protocolar), quien invita al premier a formar un nuevo gobierno a través de acuerdos de distintas fuerzas que le permiten alcanzar la mitad mas uno de los parlamentarios y en caso de fracasar se llama a elecciones anticipadas.

Jose Luis ZapateroEste sistema tiene como virtud reducir hasta donde es posible la debilidad de los gobiernos, teniendo a mano el recambio como oxigenación electoral, donde el quiebre se subsume en la fortaleza del sistema y el parlamento como núcleo duro, conserva independencia del ejecutivo.

De ninguna manera es la intención presentarla como la panacea, pero debe reconocerse que su implementación mas allá de las falencias, alcanzó un grado de prolijidad que no suele observarse en estos lares.

En América, siguiendo el modelo norteamericano (pese al inicial dominio europeo), se privilegió el sistema presidencialista, es decir dejar la división de poderes en la enunciación y concentrarlo en carácter de sumatoria en la figura del presidente y así cualquier contratiempo legislativo o judicial cotiza en debilidad y en quiebre no ya del gobierno, si no en un verdadero astillaje del sistema (crisis de representatividad) o imperio de cacerolas.

Cristina y Nestor KirchnerNada es inocente, pues tradicionalmente son los mismos ejecutivos quienes desprestigian y vacían los parlamentos (nacionales, provinciales o municipales), convirtiéndolos en escribanías que solo refrendan hasta adoptar la figura de monigote (súper poderes, emergencias económicas etc.).

Los parlamentos hoy y se observan con mucha mas nitidez por las cercanías en el caso de los provinciales y los consejos deliberantes, son nichos salariales donde se apuesta a la continuidad mas que a la representatividad, por ello la desidia en tratar la reforma política y los instrumentos de transparencia republicana.

Así el ejecutivo se libera de contrapesos o si prefiere llamarlos de contrapoderes y al dominar el parlamento, ir sobre el poder judicial es solo una cuestión de forma (es decir disimular que no es lo que es).

Ahora bien, si las cosas son de la maneras descripta, alguien o algo, tarde o temprano terminara haciéndose cargo de los costos y en este caso sin lugar a dudas quien mas pierde es el sistema democrático, llevando la sociedad a la convicción o sensación que, gane quien gane su realidad no va a cambiar, cometiendo así el peor de los pecados al modo de vida democrático que sin lugar a dudas es la apatía.

Nicolas SarkozyDe ninguna manera, esta columna pretende imponer la idea supuestamente exitosa de transpolar sistemas a realidades distintas, que muy seguramente conlleva el mismo déficit de los análisis atemporales, no obstante no debería subestimarse que el sistema parlamentario funciona con protectores y el presidencialista sin fusibles; pero sin lugar a dudas ya resulta imperioso e imprescindible un amplio debate que avance con características de reformas políticas sobre el anquilosado funcionamiento, mas preocupado en lo clientelar, con un absoluto desprecio de las formas y las legitimidades.

Raúl AlfonsínAunque suene burlón, como sociedad necesitamos que con nuestra democracia se coma, se cure, se eduque y se satisfagan necesidades esenciales, sin renunciar a la movilidad social, verdadero fundamento del sistema.

Este, y no otros es el gran desafío, y la carencia en la intención de enfrentarlo nos conducen al pesimismo social como reflejo de la realidad, que como bien dice un tal señor Serrat…… NUNCA ES TRISTE LA VERDAD…… LO QUE NO TIENE ES REMEDIO.

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